La sociedad aragonesa y, en particular, la zaragozana están cansadas de lamentar, una y otra vez, la pérdida de lugares especiales que han marcado la historia cultural de la ciudad.
Disfrutar del cine en la pantalla del Cinema Elíseos, es algo más que ir al cine. Es una experiencia, un valor intangible difícil de definir pero que aporta a los espectadores una magia especial. Sus marquesinas, sus decoraciones en latón, en madera o escayola, el terciopelo rojo de sus butacas, la extraordinaria araña central del techo o los grandes jarrones neoclasicistas que realzan la pantalla, orquestan el disfrute de un momento diferente que ninguna otra sala de cine de Zaragoza puede aportar.
Perder el Cinema Elíseos como sala de proyección cultural es romper el lenguaje arquitectónico y estético que el gran arquitecto zaragozano Teodoro Ríos Balaguer imprimió para ese espacio en 1944. El lujo y el glamour llegaron a la sociedad zaragozana que disfrutó de ellos durante setenta años hasta su inesperado cierre en 2014.
Así comienza el manifiesto que la Asociación Salvemos el Elíseos leerá el próximo lunes en el zaragozano Teatro Principal a las 20 horas en su campaña por recuperar este histórico espacio cinematográfico. Se espera la presencia de muchas de las más de 130 personas vinculadas al mundo del arte y de la cultura que han suscrito este manifiesto (accede a su relación desde aquí). Se convoca también a toda la ciudadanía para que acuda al acto en apoyo de esta iniciativa que ya cuenta con un amplio respaldo popular desde que nació en octubre del pasado año.
¿Guardamos memoria de todas las salas donde soñamos despiertos con películas que ya forman parte de nuestras vidas? A continuación, un repaso-homenaje a varias de ellas, con el deseo de que el Cinema Elíseos continúe como espacio vivo y no solo como recuerdo…
Lo que el tiempo se llevó
Una de las más entrañables exposiciones celebradas en el Centro de Historias de Zaragoza fue la que, desde noviembre de 2012 hasta febrero de 2013, se dedicó a la «Zaragoza desaparecida. El ocio en el pasado inmediato«, donde, como no podía ser menos, tenía un protagonismo especial el cine.
Recupero algunas de las numerosas fotografías que tomé de esta magnífica muestra.
En ella, un cartel relacionaba todos los cines desaparecidos y aquellos que se encontraban en funcionamiento en ese momento. Desgraciadamente, actualizado a fecha de hoy habría que marcar también como inactivos los Cines Augusta, que cerraron sus puertas en noviembre de 2013, y el Cine Elíseos, aunque este último confiemos en que no de forma definitiva…
La exposición contenía interesante información de todas las salas que habían ido clausurándose con el tiempo, caso del Cine Coliseo (1950-1999), ubicado en pleno Paseo Independencia de la capital zaragozana.
Una enorme foto panorámica en blanco y negro de este cine ilustraba toda una pared.
De aquella sala emblemática, que acogió estrenos que fueron todo un acontecimiento, como los de «Lo que el viento se llevó», «Quo Vadis», «Siete novias para siete hermanos» y «Ben-Hur», lo único que queda ahora es parte de la estructura de su paredes y techo, si bien enmarcando una conocida tienda de moda.
En pleno centro urbano se ubicaba también el Cine Goya (1932-2005), construido con fachada a dos calles, estilo racionalista que imitaba la forma de un barco y elementos ornamentales art déco. Inaugurado como una única sala, a finales de los años 80 se reformaría y reconvertiría en complejo de cuatro.
Actualmente solo se le reconoce por su fachada exterior y por varias de sus decoraciones interiores que debieron conservarse.

El edificio del cine Goya, desde que perdió su función originaria, ha acogido numerosos negocios y establecimientos comerciales
El Cine Rex, próximo a los dos citados e inaugurado en 1954, perdió su nombre pero ha mantenido su uso, reconvertido en 1994 en el llamado Palafox-Las Salas (tres) y, tras una nueva remodelación interior, formando parte ahora del complejo de multisalas de los Cines Palafox Independencia.
Dos pérdidas especialmente significativas ocupaban un lugar protagónico en ese repaso a la Zaragoza desaparecida por su doble condición de salas de teatro y cine: las del Fleta y el Argensola.
La exposición no se olvidaba tampoco de los numerosos cines de barrio que en su día acercaban a precios más económicos los últimos títulos que anteriormente se habían proyectado en el centro de la ciudad.
Entre los más modernos, los multicines Buñuel (1978-2007) tampoco pudieron afrontar la crisis del sector. Quien esto escribe atesora muchas horas de su juventud transcurridas entre sus cuatro salas, disfrutando de una programación tanto comercial como alternativa, en versión doblada y original subtitulada. Ocho años después de su cierre, este es el desolador aspecto que nos ofrece.
Para quien quiera conocer más sobre los orígenes de este tema, que no se pierda los libros «Los cines en Zaragoza (1896-1936)» (Área del Cultura y Educación del Ayuntamiento de Zaragoza, 1997) y «Los cines en Zaragoza (1939-1975)» (Elazar, Zaragoza, 2005), de Amparo Martínez Herranz, investigadora y profesora titular del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza. Asimismo, recomendar la visita al museo digital de recuerdos compartidos de Rafael Castillejo, que incluye un completo apartado visual en busca de los cines perdidos.
Regreso al futuro
Retornemos a 2015 y a la oportunidad de que el último cine histórico de Zaragoza siga ostentando esa condición.

El realizador y guionista Montxo Armendáriz y la productora Puy Oria, entre las numerosas personas vinculadas al mundo del cine que apoyan esta causa. Fotos del Facebook de la Asociación Salvemos el Elíseos

Volver a ver su sala repleta de público, esa es una de las aspiraciones de Salvemos el Elíseos. Foto: Lucy Marina

Y que, de nuevo, su rótulo vuelva a brillar anunciando su existencia. Luz entre las sombras de tanta pérdida cultural… Foto: Sandra Bazán
La unión hace la fuerza. Acudamos el lunes 22 al llamamiento efectuado por la asociación y divulguemos su objetivo.
Si tienes un sueño, debes protegerlo. Las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tú tampoco puedes. Si quieres algo, ve por ello y punto. («En busca de la felicidad«, Gabriele Muccino, 2006)
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