Olivia de Havilland alcanza un hito. Su centenario. Nacida en Tokio el año 1916, un 1 de julio, en 2016 se convierte en la primera de las actrices legendarias de la época dorada de Hollywood con una edad de tres cifras. Una estrella que sigue brillando como testimonio de un cine que ya es historia.

Al cumplir 97 años le rendimos homenaje desde este espacio con el reportaje titulado “Olivia de Havilland, mucho más que la dulce Melanie”, donde repasábamos lo más destacado de su vida y obra. Ahora reiteramos nuestra felicitación con un vídeo donde cronológicamente recordamos sus títulos cinematográficos.

Aunque retirada en París de la interpretación desde hace casi tres décadas, en los últimos años ha intervenido en proyectos documentales que le han interesado, como en 2009, que aportó su voz como narradora a “I remember better when I paint” (Recuerdo mejor cuando pinto), que desarrolla la positiva influencia que el arte y otras terapias creativas ejercen sobre las personas con Alzheimer.

A su larga lista de reconocimientos y galardones, encabezada por dos Oscar, el pasado mes de febrero se añadió otro por su longevidad otorgado por la revista británica ‘The Oldie Magazine‘, que concede anualmente premios a personalidades de avanzada edad. Ya que no pudo desplazarse a Londres para recogerlo personalmente, la actriz envió un mensaje de agradecimiento que se reprodujo durante la gala de entrega. Entre sus palabras: “Es profundamente gratificante encontrarme en la misma lista (de premiados) que la Reina Madre, a cuya edad siempre quise llegar, y también en la de otros muchos ganadores de este premio”.

En todo caso, Havilland ya tenía credenciales “de monarca” con veteranía, pues encarnó a la reina madre Ana de Austria en su último largometraje para el cine, “El quinto mosquetero” (1979), y a la propia reina madre Isabel de Inglaterra en el telefilm “El romance real de Carlos y Diana” (1982). Ahora afronta el reto de superar a esta última en su extraordinaria edad, pues vivió hasta casi los 102 años (1900-2002).

Así que solo nos queda desear a esta rutilante actriz resistente al viento del tiempo: God save the Queen.