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Animación, Comedia, Damien Chazelle, Father and daughter, Hayao Miyazaki, Michael Dudok de Wit, Musical, Studio Guibli, Whiplash
Cada año atesoramos esas películas que nos han nutrido y que han enriquecido nuestro patrimonio más personal, confiando en que este crezca en el tiempo con muchas más memorables. Sin ánimo de formar ninguna clásica lista de lo mejor del pasado 2016, al recordarlo me asalta la memoria la fascinante y sutil historia de amor entre Carol y Therese, la oda a la belleza de la cotidianidad de Paterson, la estremecedora historia maternofilial acontecida entre cuatro paredes en Room o el homenaje al análisis fílmico como incremento del goce cinéfilo en Hitchcock/Truffaut. Y saboreo ya anticipadamente futuros regalos en pantalla grande ofrecidos en este 2017. De los numerosos largometrajes a estrenarse en España durante el primer trimestre del que va a ser el Año del Gallo, esta es una breve selección de cinco que personalmente no pienso perderme.
A partir del 13 de enero:
La ciudad de las estrellas (La La Land): Lo mejor del musical de ayer y hoy
Aclamada por crítica y público desde su estreno como film inaugural del último Festival de Cine de Venecia, acumula ya más de cien premios cinematográficos, entre ellos, los siete Globos de Oro 2017 a los que aspiraba (un récord). Todo un fenómeno que promete hacernos vibrar hasta la médula con la misma vitalidad y romanticismo que clásicos como “Sombrero de copa”, “Cantando bajo la lluvia”, “Melodías de Broadway” y “Los paraguas de Cherburgo”. No en vano estos son algunos de los largometrajes favoritos de su director, el norteamericano Damien Chazelle, que ya nos maravilló con su arrolladora «Whiplash» (de la que escribí aquí).
Partiendo del encuentro de una joven aspirante a actriz (Emma Stone) y de un pianista que ambiciona su propio club de jazz (Ryan Gosling), romance, fantasía, pasión y drama se sucederán en una trama enmarcada entre luminosas coreografías y canciones en la ciudad de Los Ángeles, cuna de tantos dorados anhelos y aquí una protagonista más.
Ideal para todos los que seguimos creyendo en la importancia de luchar por los sueños.
La tortuga roja (La tortue rouge): El profundo latido de lo más sencillo
El animador neerlandés Michael Dudok de Wit ya articuló toda una bella fábula sobre el círculo de la vida en su oscarizado corto «Padre e hija» (Father and daughter, 2000. Disfrútalo desde aquí). Una historia que sedujo al maestro Hayao Miyazaki, al que debemos tantas joyas del cine, de tal modo que le propuso dirigir un largometraje, que ha resultado ser la primera coproducción europea del mítico Studio Guibli.
De tal colaboración surgió «La tortuga roja», la historia de un náufrago en una desierta isla tropical poblada solo por animales como tortugas, cangrejos y aves.
Su estreno en la última edición del Festival de Cine de Cannes no pudo resultar mejor, siendo galardonada con el Premio Especial del Jurado en la sección Un Certain Regard, que fomenta el cine original y diferente, un primer reconocimiento internacional seguido por otros.
Ya he tenido ocasión de verla y, sin duda, repetiré en pantalla grande para saborear de nuevo este lírico canto a la comunión con el entorno, a la necesidad del amor y a la libertad en el desarrollo personal.
Con un estilo visual donde prima la sutileza de los trazos y texturas, una banda acústica envolvente con los meros sonidos ambientales mezclados con la artística partitura compuesta por el francés Laurent Pérez del Mar y sin necesidad de diálogo ninguno, Dudok de Wit demuestra su gran sensibilidad narrativa para abordar de nuevo el ciclo de todo ser humano.
Cuando momentos como los de un elemental dibujo en la arena, nadar entre tortugas o ver cómo una roja se aleja en el mar, contienen toda una profunda declaración expresiva con una economía formal admirable, es difícil sustraerse a la atmósfera mágica de lo simbólico.
Una joya para paladares con gusto por la mejor poética del cine animado.
Estoy deseando ver La La Land, y desde hace días!!! Ya te contaré…
Anoche en el pase en VOSE en la que la disfruté, casi pleno de aforo y con gente de todas las edades, con un aplauso final la despedimos. Sin duda y cuando menos, una de las mejores películas musicales de lo que llevamos de siglo, homenajeando de forma directa a muchísimas de este género de la época dorada de Hollywood y a otros grandes títulos (Rebelde sin causa, Casablanca…).
Espero, Bea, que al menos te guste tanto como a mí.
Tengo que sacar un hueco ya!! Los dientes largos me has puesto 🙂
Tomo buena nota, como siempre.
Gracias, Nuria, por seguir el blog y espero que disfrutes de ambas películas.
Casi da miedo ir a ver La La Land… cuando las expectativas son tan altas… Pero bueno… confiemos. Este fin de semana saldremos de dudas.
Cierto, Carlos, cuando vamos al cine con grandes expectativas, se corre un mayor riesgo de salir frustrado. La predisposición ante cualquier situación ya condiciona nuestra percepción de la misma.
En mi caso, las altas expectativas se vieron más que satisfechas desde el minuto uno, con ese maravilloso plano secuencia que convierte la usual tensión de un atasco en la entrada a una gran ciudad en una fiesta musical que es un canto al optimismo. Cuestión de actitud vital…
Muero por ver La la land, además de que me encanta el cine musical, me gusta como pareja cinematográfica Emma Stone y Ryan Gosling. Me encantaron los dos en Crazy, Stupid, Love.
Beso
Hildy
Imagino, Hildy, que gustándote el cine musical vas a apreciar aún más La La Land dentro de todo el contexto en que se ambienta, con su mirada nostálgica pero también impregnada de toda la vivacidad propia de los filmes en que se inspira.
Chazelle, tras maravillarnos con su sincopado montaje en Whiplash (por el que recibió un merecido Oscar), vuelve a mostrarnos su amor por el jazz (repitiendo en un breve papel J.K. Simmons) y a ilustrar el precio por vivir de nuestra vocación, si bien formalmente su puesta en escena cambia radicalmente, con largos planos secuencia que marcan la cadencia de esta historia donde los anhelos se cocinan a fuego lento pero sin pausa. Hasta la estructura estacional subraya ese tiempo que no se detiene pero va dejando una huella continua.
Ya se habla de la estupenda química escénica entre Emma Stone y Ryan Gosling, tras coincidir por tercera vez. No he visto Crazy, Stupid, Love (2011) ni Gangster Squad (2013), pero buena ocasión ahora para descubrirlas.
¡Buen goce con La La Land, Hildy!
Hola!! Siguiendo tus indicaciones cinéfilas, he disfrutado este fin de semana con La La Land… sí, eso es, no solo la he visto, la he gozado, disfrutado… me ha transportado a otras épocas, con esos clásicos musicales que todos recordamos como Cantando bajo la lluvia, etc, etc…
El tema musical con el que comienza la película me recordó a un largometraje de mi adolescencia: West Side Story… que marcó aquellos jóvenes años…
Besotes a todos.
Me alegra mucho, Mercedes, que también hayas vibrado con La La Land.
Desde luego que aunque los homenajes más evidentes sean los referidos a los musicales de los tiempos de Fred Astaire y Gene Kelly, y a las películas cantadas dirigidas por Jacques Demy, podemos reconocer muchos otros guiños más actuales, como al maravilloso largometraje que citas o a la también estupenda «Todos dicen I love you» (1996), sobre todo a ese baile imposible que se marcaba Woody Allen con Goldie Hawn junto al Sena. Y luego están las asociaciones de cada espectador. Precisamente ayer volví a ver «Fama», en su versión primigenia dirigida en 1980 por Alan Parker, y el momento de los estudiantes cantando y bailando en la calle el tema principal del film, subidos algunos sobre los coches, me recordó el arranque de La La Land…
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