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Animación, CaixaForum, Cinémathèque française, Emoción, Fantasía, Fotografía, Gabrielle Sébire, Imaginación, Infancia, La Caixa, Michel Ocelot, Obra Social La Caixa, Recuerdos
Viajar mediante el cine a nuestra infancia. Regresar a la experiencia de nuestros primeros sentimientos. Recorrer la historia del séptimo arte a través de múltiples miradas infantiles. Compartir con niños la vivencia de una película e intercambiar impresiones. Todo esto pretende la exposición «Cine y emociones. Un viaje a la infancia», que CaixaForum Zaragoza nos ofrece hasta el próximo 13 de mayo.
Su presentación el pasado 14 de febrero fue un gran éxito de público. Esta es su crónica junto a un paseo ilustrado con numerosas instantáneas de su muy recomendable recorrido. Iniciemos el camino, plagado de emociones bien diversas.
En el marco de su programación cultural, la Obra Social «La Caixa» ha dedicado importantes muestras retrospectivas a grandes figuras del cine, como Charles Chaplin y Federico Fellini, y a compañías pioneras como Pixar (de la que escribimos aquí), itinerando actualmente «Disney: el arte de contar historias«. Con la Cinémathèque française, de las más completas en fondos cinematográficos, había organizado dos espléndidas exposiciones: «Georges Méliès, la magia del cine» (aquí nuestro reportaje) y «Arte y cine. 120 años de intercambios», siendo esta su tercera colaboración.
Una exposición para disfrutar como niños y con los niños
Gabrielle Sébire, directora del Servicio Educativo de la Cinémathèque française y comisaria de la exposición, nos contó que sus destinatarios no tienen edad, pues se trata de disfrutarla como niños y con los niños, si bien la concibió pensando sobre todo en el público infantil, primando lo audiovisual al texto escrito, como un libro ilustrado en movimiento. Exhibida en origen en París con gran éxito («la exposición familiar e inteligente que nadie se debe perder», según dijo el periódico Le Parisien), tras su paso primero por Gerona y ahora por Zaragoza, continuará por el resto de centros CaixaForum hasta 2020.

La comisaria Gabrielle Sébire en la presentación de la exposición la víspera de su apertura al gran público
Sébire reconoció que tuvo que ver unas trescientas películas de todo el mundo para terminar seleccionando un centenar, organizando sus contenidos clasificados en seis secciones que implican cierta dualidad: alegría y rabia, risas y lágrimas, miedo y valentía, más una séptima dedicada a la ilusión generada por el cine. Cada sección cuenta con varios vídeos con fragmentos fílmicos desde la época muda hasta la actual, acompañados de dibujos, fotogramas, carteles, imágenes de rodajes y diversos objetos. En conjunto, aproximadamente 230 piezas procedentes de la filmoteca francesa y de fondos personales de cineastas, coleccionistas y el archivo personal de Lluís Benejam. Con todo ello se busca una inmersión sensorial en las emociones a través del modo en que el cine las ha representado en los rostros, gestos y palabras de los niños y niñas intérpretes.

A mitad de la exposición, en el espacio familiar y educativo propiciado por CaixaForum, se proponen actividades para que los niños reflexionen sobre el universo emocional
Introducida cada sección por una cita, la de bienvenida, de Tim Burton, ya marca cierta pauta: «Todo el que tiene alguna ambición artística lo que intenta es conectar con el modo en que veía las cosas cuando era niño».
Alegría
«¿Recordáis que nos provocaba alegría cuando éramos pequeños?», esa fue la primera pregunta que nos formuló nuestra guía en la visita comentada a la exposición. Mientras, en la primera gran pantalla del recorrido se proyectaban breves escenas de películas como «Solo en casa» (1990), «Del revés» (2015), «El libro de la selva» (1967), «El chico» (1921) y «Alicia en el país de las maravillas» (1951). Imágenes de niños y niñas con el brillo en su mirada de la sorpresa, del juego, del entusiasmo… Un estimulante comienzo en este viaje expositivo.
La frase de presentación de este sentimiento la firma François Truffaut: «Rodar con niños es, al principio, una gran tentación, después provoca un enorme pánico y al final se convierte en una inmensa satisfacción». Experiencia suficiente tuvo con obras de su filmografía como «Los 400 golpes» (1959), «El pequeño salvaje» (1970) y «La piel dura» (1976), presentes todas en la muestra.
Entre los carteles, destacar el de la trilogía autobiográfica del británico Bill Douglas iniciada en 1972 con «My childhood«, considerada como uno de los mejores retratos cinematográficos sobre la infancia.

«El río» (1951), «El mago de Oz» (1939), «El pequeño Quinquin» (2014) y «La vida de Calabacín» (2016)
Rabia
«Es muy duro el trance de hacerse mayor, porque los cambios que acaban con esa plácida rutina se viven de una manera muy intensa», con estas palabras de Juan Antonio Bayona entramos en el sentimiento de la rabia, con el niño Manuel Lozano en el cartel de «La lengua de las mariposas» (1999) como significativo modelo.
La japonesa «He nacido, pero…» (1932) y las francesas «La guerra de los botones» (1962) y «Persépolis» (2007), entre otras, nos llevarán a otros instantes de tensión infantil que termina explotando, a veces sin plena consciencia de su alcance.
Lágrimas
Enmarcados en el bloque «Lágrimas», varios subapartados buscan llegar a nuestra fibra más sensible bajo el nombre de «Humillados y abandonados», con cortes de historias como las de «La lengua de las mariposas», «El bola» (2000) y «El tambor de hojalata» (1979); «Tristeza», con muestras como las de «El espíritu de la colmena» (1973) y «El ladrón de bicicletas» (1948); y «Guerra», con «Pa negre» (2010), «La infancia de Iván» (1962) y «Juegos prohibidos» (1952) como ejemplos.
Entre las películas menos conocidas en España, subrayar el fotograma y gorra original hecha a mano de «Pequeños arreglos con los muertos» (1994), cuya primera historia, de las tres que la integran, gira en torno a Jumbo, un niño que fantasea de modo peligroso ante su primera experiencia de la muerte.
Risa
«Durante mi infancia caían bombas a mi alrededor. ¿Acaso consiguieron que dejara de vivir y de reír», recuerdo de la dibujante y cineasta Marjane Satrapi que encabeza la sección dedicada a la risa, con el texto acompañado de los sonrientes rostros de los niños protagonistas de «Zazie en el metro» (1959) y «Marcelino, pan y vino» (1954).
El gran humorista francés Jacques Tati cuenta con un rincón especial, elegido en su caracterización para «Las vacaciones del señor Hulot» (1953), con la posibilidad de ver la raqueta, pipas y sombrero que usó para la película. Entre los fotogramas de este bloque, no faltan los pertenecientes a otros grandes cómicos del cine, como Chaplin, Laurel & Hardy, Buster Keaton y Jerry Lewis.
En el bucle audiovisual podemos sonreír con los cortes de largometrajes como «Monstruos, S.A.» (2001), «Cinema Paradiso» (1988), «Annie» (1982), «Manolito gafotas» (1999) y «La guerra de los botones» (1962). De este último, todo un clásico del cine francés del que luego se han rodado más versiones, también cabe ver su cartel promocional, junto a otros como el del filme mudo «El circo» (1928), de Chaplin, y homenajeando a este genio del humor, el del documental cubano de Octavio Cortázar «Por primera vez» (1968).
Miedo
«No entiendo cómo hay personas que dicen que la infancia es la época más feliz de su vida (…). Yo recuerdo mi infancia como un periodo largo, interminable, triste, donde el miedo lo llenaba todo«, cita de Ana en «Cría cuervos», de Carlos Saura, con la que se inicia la sección más inquietante, ocupada del miedo, presidida por una gran figura de King Kong, réplica de la usada en la versión cinematográfica dirigida por Peter Jackson en 2005.
Fragmentos, entre otros, de películas tan populares como «Los pájaros» (1963), «E.T., el extraterrestre» (1982), «El laberinto del fauno» (2006), «La noche del cazador» (1955) y «El espíritu de la colmena» (1973), se alternarán con otras poco conocidas en España como «Mia et le Migou» (2008).Entre los fotogramas de este apartado, muy gratificante resulta descubrir, junto a éxitos de gran presupuesto del cine español como «El laberinto del fauno» (2006) y «Un monstruo viene a verme» (2016), los correspondientes a clásicos del terror de serie B con niños tan desasosegantes como los de «El pueblo de los malditos» en dos de sus versiones: la estupenda de Wolf Rilla de 1960 y la nada desdeñable de John Carpenter de 1995.
Valentía
En contrapartida al miedo, y en el juego dual de la exposición, se nos ofrecerá la valentía a través de fantasías como la narrada en «Piel de asno«, adaptación de Jacques Demy en 1970 del cuento de hadas homónimo de Perrault. Además de imágenes y dibujos, se nos ofrece el vestido «color de luna» llevado por el personaje encarnado por Catherine Deneuve.
Valentía es precisa para volar con decisión, y a esa actividad por los aires se le dedica un compendio audiovisual con fragmentos de títulos como «El mago de Oz» (1939), «Up» (2009), «El globo rojo» (1956), «Mary Poppins» (1964) y «Alicia en las ciudades» (1974). Un espacio protagónico tendrá la escoba Nimbus 2000 usada en «Harry Potter y la piedra filosofal» (2001).
En este ámbito también encontrarán representación niños «en camino«, con cortes de películas como «El pequeño salvaje» (1970), «Aniki-Bóbó» (1942), «El globo blanco» (1995), «El pequeño fugitivo» (1953) y «Kiseki» (2011); y en plena «metamorfosis», como los protagonistas de «Cariño, he encogido a los niños» (1989), «Los increíbles» (2004), «Los niños lobo» (2012), «Pinocho» (en la versión de 1940 de Disney y en la televisiva de 1972 de Luigi Comencini).
Ilusión
Para finalizar, el bloque dedicado a la ilusión busca un triple objetivo: no solo mostrar películas que han reflejado la curiosidad de los niños, maravillados ante la magia del cine, también aquellas donde ellos mismos son los cómplices en la producción de esta magia, así como revelar parte de la tramoya que hace posible la creación cinematográfica, esto es, las herramientas con las que provocar todas las emociones que hemos atravesado durante la exposición.
La cita inserta aquí es de Martin Scorsese: «Cuando de niño me llevaron al cine lo primero que sentí es que accedía a un mundo mágico (…). Un lugar de sueños. Un lugar que despertaba y ensanchaba mi imaginación».
Entre los fotogramas seleccionados, destacan los de un cine español no muy divulgado que merece serlo más, caso de «La leyenda del tiempo» (2006), «Un día perfecto para volar» (2015) y «El viaje de Unai» (2016). También espacio para descubrir otros interesantes títulos como el francés «Yuki & Nina» (2009) y el colombiano «Gente de bien» (2014).
Entre los cortes audiovisuales, algunos inconfundibles, como los correspondientes a «Cinema Paradiso» (1988), «Los cuatrocientos golpes» y «Super 8» (2011), otros no tanto, como los pertenecientes a «Sombra» (1998), «Todos vosotros sois capitanes» (2010), «Jacquot de Nantes» (1991) y «Souko, cinematógrafo de cartón» (1998).

Charles Laughton con los niños intérpretes de «La noche del cazador» (1955), una de las más bellas fábulas en torno a la infancia, incomprendida en su momento
En su pasillo último, la exposición recoge numerosos dibujos preparatorios de clásicos del cine francés como «Pelirrojo» (1932) y del exuberante cine de Michel Ocelot, incluyendo varios de sus filmes más imaginativos, como «Kirikú y la bruja» (1998) y «Azur y Asmar» (2006).
Como conclusión, se aprecia que priman las referencias al cine francés, siguiéndole el español. Junto a la satisfacción de identificar la mayoría de las películas, agrada el descubrir entre ellas no solo títulos populares, también otros mucho menos conocidos, e incluso, por supuesto, tomar buena nota de largometrajes de los que nada sabíamos hasta ahora.
Una exposición para paladear con calma, dejándose envolver por todos los bucles audiovisuales que la componen, que en conjunto suman en torno a una hora. Por eso, tras la multitudinaria tarde de su presentación, he vuelto a visitarla con más tranquilidad, a mi ritmo. En esta nueva incursión he coincidido con un adulto acompañado de una niña a la que, primero, iba relacionando los títulos de los largometrajes cuyos fragmentos reconocía; después, le hablaba algo más de algunas de sus historias, y ante las preguntas suscitadas por la curiosidad infantil, ha finalizado diciendo: «las películas que no conoces, si quieres, las buscaremos y veremos en casa juntos». Una significativa síntesis de varios objetivos de la exposición: el intercambio generacional de la vivencia cinéfila y el incentivo para seguir ampliándola.
Actividades complementarias
La exposición se completa con un ciclo de conferencias sobre las emociones, coordinado por el filósofo Josep María Esquirol, y con otro de proyecciones coordinado por el crítico cinematográfico Álex Gorina. Entre los títulos programados, todo ellos en VOSE y a las 19 horas: «La canción del camino» (1955) – 27 de marzo, «El señor de las moscas» (1963) – 3 de abril, «Raíces profundas» (1953) – 10 de abril, «A las nueve, cada noche» (1967) – 17 de abril y «In this world» (2002) – 24 de abril. Además, para un público más familiar, se proyectarán, dobladas al castellano y en domingos a las 12 horas: «La guerra de los botones» (1962) – 4 de marzo y «Mary Poppins» (1964) – 8 de abril.
Buenas noches, mi querida amiga «Atmósfera cine», todavía no he tenido el placer de disfrutar de esta exposición, aunque sí conocía el éxito de la misma, y después del delicioso paseo que nos has ofrecido de esta exhibición, por supuesto que me pasaré en breve a disfrutarla presencialmente.
Muchas gracias, una vez más.
Besicos cinéfilos.
Gracias a ti, Mercedes, por ser asidua del blog y por tus comentarios.
Sí, sí, ya veras cómo disfrutas la exposición recordando películas ya vistas y descubriendo otras. Los rostros y reacciones de los intérpretes infantiles en muchos de los cortes audiovisuales son impagables, perfecto reflejo de la intensidad y transparencia emocional de nuestros primeros años.
Beso alegre 🙂
Annnnaaaa, ¡muero por verla! Qué pedazo de artículo… y qué ganas despiertas.
Beso
Hildy
Una maravilla que muchas de las exposiciones de CaixaForum sean itinerantes y podamos disfrutarlas en diferentes ciudades. Esta va a pasearse por casi todas sus sedes hasta el 2020.
Para quienes amamos el cine de animación, también con ganas del circuito de «Disney, el arte de contar historias», que acaba de concluir en CaixaForum Sevilla, llegará al de Madrid entre julio y noviembre de este año y después a Zaragoza.
Beso sonriente 🙂
… por cierto, otra vez yo, veo que proyectan Raíces profundas, otra de las pelis de mi infancia y que era además la favorita de mi padre. Es difícil olvidar esa imagen del niño gritando: Shaaaannnneeee.
¡Comentaría mil cosas de todas las que he leído!
Beso
Hildy
¡Sí, final antológico el de «Raíces profundas»! Acabo de leer el estupendo análisis que le dedicaste en tu blog. Una película clásica que sigue siendo homenajeada en el cine actual, como sucedió en «Logan» (2017), donde la infancia ocupa también un lugar especial.
El ciclo de proyecciones de CaixaForum es, sin duda, una magnífica ocasión de disfrutar de varios clásicos, que la mayoría descubrimos en televisión, en pantalla grande. Y de llenar lagunas cinéfilas, como en mi caso con «A las nueve cada noche» (Our mother’s house, 1967), de Jack Clayton, sobre la dura historia de siete hermanos que ocultan la muerte de su madre para no ser separados, y la también británica «In this world» (2002), de Michael Winterbottom, sobre el peligroso viaje que emprenden dos pequeños afganos desde su campo de refugiados en Pakistán hasta Londres. Dos películas perfectamente encuadrables en la sección «Valentía» de la exposición.
Cinéfilos besos.
¡Querida Ana, tanto A las nueve cada noche, como In this world son dos películas que merecen muchísimo la pena! Qué buen ciclo.
La de Clayton la vi por primera vez hace dos años… y no se olvida. impacta. In this world… un viaje impactante.
Por cierto, en la exposición ¿hablan o sale de alguna manera Viento en las velas? Es otra película sobre infancia increíble… y la novela que adapta, Huracán de Jamaica, la he leído este año y ha sido un gran descubrimiento.
Beso
Hildy
Pues no recuerdo ahora mismo ninguna foto o fragmento audiovisual de la película de Alexander MacKendrick «Viento en las velas», aunque como se reseñan un centenar de largometrajes… La historia también de piratas que sí figuraba era (además de «Peter Pan»), «Los contrabandistas de Moonfleet», de Fritz Lang, que me hizo ilusión encontrar ya que la vi de adolescente en un pase de recuperación de clásicos en una sala comercial y me gustó mucho. También me provocó algo de morriña la escena que se muestra de la versión de Pinocho realizada por el italiano Luigi Comencini en formato miniserie y que emitió televisión española en los años 70. Volver a ver brevemente a Nino Manfredi como el pobre carpintero Geppetto y a Gina Lollobrigida como el hada madrina de Pinocho, me transportó en el tiempo a mi infancia…
Beso nostálgico…
De nuevo, gracias!!
Gracias a ti, Dick, por pasarte por el blog 🙂