Etiquetas
Exposición, Fotografía, Fotogramas, La Lonja, Manuel Outumuro, Néstor Almendros, PhotoEspaña, Portraits, Remakes fotográficos, Retratos, Retratos de cine
«Mi paisaje favorito en el cine es el rostro humano, en él encuentro la suma y compendio de todos: los más fascinantes montes y valles, los más cristalinos lagos, los más frondosos bosques. Nada más excitante y variado que iluminar un rostro. No en balde, los más grandes maestros de la pintura de todos los tiempos, Caravaggio, Rembrandt, o Goya, hicieron de este simple y casi único ejercicio el tema principal de su obra». Así cerraba Néstor Almendros (Barcelona, 1930-Nueva York, 1992) su imprescindible libro para amantes del cine y de la fotografía «Días de una cámara» (1980), donde analizaba su trabajo como director de fotografía en películas de Eric Rohmer, François Truffaut, Marguerite Duras, Terrence Malick y Martin Scorsese, entre otros. Que él, que tuvo que lidiar con complicadas iluminaciones escenográficas, prefiriera enfrentarse al reto del rostro humano, dice mucho de la satisfacción que implica un gran retrato.
Manuel Outumuro conoce muy bien este desafío, ya que ante su cámara, junto a otras muchas celebridades, han desfilado muchas estrellas de cine que brillan de forma especial en sus instantáneas. No en vano su premisa es: que la luz exterior no ensombrezca su luz interior.
Su maestría profesional puede contemplarse hasta el 10 de enero de 2021 en La Lonja de Zaragoza dentro de la programación de la XXIII edición de PHotoEspaña. Una selección de 130 imágenes, retrospectiva de sus últimos 25 años de carrera en el mundo de la publicidad, la cultura y la moda, que son también un pequeño viaje por algunos de los rostros más famosos de las últimas décadas.

Aquí un breve paseo ilustrado por esta imperdible exposición, a la par que un repaso por su trayectoria y por algunos de sus mejores trabajos, muchos de ellos vinculados con el séptimo arte.
Nacido en la localidad de La Merca (Orense) en 1949, criado en sus primeros años con sus abuelos hasta que regresaron sus padres, emigrados a Venezuela, y se trasladaron juntos a Barcelona, en su concepción de la fotografía no olvida sus orígenes humildes, como se plasma en la cita que nos da la bienvenida a la exposición.
El título de la misma deriva de su idea de que la vida se compone de dos elementos: barro y luz. Metafóricamente, el barro que nos da cuerpo y modela nuestra fisonomía, y nuestra alma como luz. Subrayar lo que a cada persona le hace única es para él la clave de un gran retrato. De ahí que use la luz exterior para potenciar la interior que su modelo irradia, buscando capturar su esencia, al margen de esas poses habituales en las que es fácil caer cuando nos sabemos observados.
Su vocación primigenia no fue la fotográfica. Tras su formación académica como diseñador gráfico en la Escuela Massana de Barcelona, comenzó a trabajar en el mundo de la ilustración y el textil, con una estancia de cuatro años en Nueva York, llegando a la fotografía de forma autodidacta y casi por azar, al sustituir a un fotógrafo de moda que no se presentó, experiencia que le resultó tan emocionante que le motivó, como ha declarado, a dejar la tipografía por la fotografía. Dedicado desde 1990 plenamente a ella, ha sido colaborador de publicaciones como Fotogramas, El País, El Mundo, La Vanguardia, Vogue, Marie Claire, Zest, Woman, Elle y Telva.
Ya en 1996, una de sus primeras exposiciones individuales, en la Galería Marisa Marimón, se enmarcaba en una programación cinematográfica, la de la primera edición del Ourense Film Festival: «Retratos», que recopilaba los realizados a famosos intérpretes del cine español (algunos, como el de Carmen Maura y el de Emma Suárez, originalmente tomados para «Fotogramas», se incluyen en la muestra de La Lonja). El Festival de cine de San Sebastián, en 2008 y 2009, también contó con obras suyas ambientando su atmósfera al aire libre en la plaza de Okendo: la revista Marie Claire, colaboradora oficial del festival, propició la serie «Remakes. Cuando el cine encontró a la moda», que permitió a Outumuro la recreación visual de escenas míticas del cine con actores y actrices españoles (como «Un tranvía llamado deseo«, con Elena Anaya y Martiño Rivas, y «Deseando amar», con Ariadna Gil, que también pueden verse en La Lonja). Serie que luego se vería ampliada en una posterior muestra en 2012 en Barcelona, donde se seguía homenajeando a clásicos de Hollywood o de otras cinematografías, como «Persona», de Ingmar Bergman, y “El año pasado en Marienbad», de Alain Resnais (en 2015 y 2016 su reportaje completo en recuerdo de este filme francés de culto, promovido por Marie Claire, pudo verse en la muestra internacional colectiva “Last year in Marienband: A Film as Art”, en la ciudad alemana de Bremen y en Praga).
Todas estas exposiciones derivaban de iniciales encargos para fines publicitarios, ya fuera de promoción de películas (como la de Nicole Kidman durante el rodaje de «Los otros», de Alejandro Amenábar, que encabeza la exposición de PhotoEspaña 2020), de moda de ropa o complementos, o de otros eventos. Pero aunque ninguna de estas fotos tuviera como misión original terminar exhibida en una sala, el propio autor terminó convencido de su dimensión artística, más allá de su sentirse un mero artesano, con la retrospectiva que le dedicó el Ayuntamiento de Barcelona en 2010 en «Outumuro looks, veinte años fotografiando moda», con 250 instantáneas disparadas entre 1990-2010 que evidenciaban su particular mirada.
Entre sus especiales intereses e inquietudes:
- La indumentaria, no solo como reflejo de una moda, también como elegida piel exterior que conforma identidad.
- El movimiento, atrapando la ligereza de sus modelos en momentos de baile.
- Los maestros de la pintura como grandes inspiradores, como ya indicaba Néstor Almendros. Precisamente algunos de los retratos de mayor formato que pueden verse en La Lonja forman parte de una serie en color de Outumuro, a instancias de El País, homenajeándolos con gentes del cine, caso de la recreación de «Marte», de Velázquez, con Quim Gutiérrez, o de «Muchacho con pipa», de Picasso, con el joven Francesc Colomer.
- El saber extraer la intimidad de los gestos cotidianos de quienes están acostumbrados a posar, huyendo de imágenes estereotipadas.
- El saber relajar a quienes no están acostumbrado a posar para que se comporten ante la cámara con naturalidad, pues como ha declarado: «No hay gente no fotogénica, sino mal iluminada».
Para quien no conozca a Manuel Outumuro, esta exposición constituirá toda una revelación, identificando películas, cuadros, rostros de todas las edades y de polifacéticas procedencias (desde el espectáculo al deporte, la ciencia, la literatura, la gastronomía…).
Verá como Penélope Cruz será la imagen más repetida, si bien sus seis representaciones, en color y en blanco y negro, son todo un ejemplo de caleidoscópica forma de plantear la presentación de un personaje.
Pero que quien visite La Lonja no olvide, de vez en cuando, levantar la vista del contenido y deleitarse con el continente: el más importante edificio renacentista aragonés, construido en la primera mitad del siglo XVI como recinto para comerciantes al estilo de los palacios florentinos del Quattrocento italiano con toques del mudéjar aragonés.
Y al salir, si el clima lo favorece, un paseo tranquilo por su Plaza del Pilar, con un atractivo entorno goyesco justo enfrente.
Si la distancia u otras circunstancias imposibilitan acercarse a ver esta deslumbrante exposición, recomendable para todo tipo de públicos, amantes o no de la fotografía, siempre quedará la ventana de Internet… Disfrutar de Outumuro desde casa a través de su web (outumuro.com), con acceso a una completa selección de sus mejores instantáneas. Como se señala en la presentación de la muestra zaragozana de PhotoEspaña: «Un modo de ver, el de Outumuro, aparentemente sencillo, elegantemente simple, pero que esconde maestría y oficio. Una forma de mirar atemporal y elegante, dotada de un nuevo clasicismo, de una pureza propia de aquel niño que veía reflejos de luz como diamantes mientras moldeaba barro en una charca perdida de la Galicia rural».
Excelente artículo que incrementa las ganas de visitar esta exposición. No lo he podido hacer hasta ahora. Gracias Ana
Gracias, Kino. Sí, no te la pierdas. Como gran fotógrafo de retrato que eres, seguro que la disfrutarás muchísimo.
Ya la instantánea del cartel exterior promocional, en la entrada de La Lonja, anuncia su singularidad: una foto de 2016 de Joan Juliet Buck, escritora y actriz estadounidense, muy vinculada al mundo de la moda al haber sido editora en jefe de French Vogue y editora colaboradora de Vanity Fair, y también al cine, pues además de ser John Huston padrino de boda de sus padres, ha ejercido de crítica de cine y aparecido en muchos documentales. Esta instantánea de Outumuro tiene su peculiar historia, que demuestra la creatividad del autor: ante la apreciación de Buck de que algunos de sus retratos se parecían a los de El Greco, el fotógrafo, en guiño al cuadro «El caballero de la mano en el pecho», le propuso posar nada menos que a tres manos 😉
Por cierto, que en la serie que realizó para El País, con intérpretes españoles reproduciendo cuadros universales, y que puede verse pinchando en el enlace del texto, ya retrató a Juan Diego Botto en la pose del citado famoso cuadro de El Greco.
Muy instructiva tu entrada, me encanta. Me quedo con la premisa: que la luz exterior no ensombrezca la interior (mucha miga).
Interesante exposición en La Lonja a la que invitas y no descarto. A ver si esa luz exterior (ese barro que acecha) nos deja acercarnos a la interioridad de los retratos de Outumuro. Los prefiero en directo que en la web. Un abrazo y gracias por enseñárnosla.
Gracias, mArregui. Sí, sin duda en una exposición la sensación de inmersión en la obra resulta mucho mayor. En esta se combinan con gran acierto imágenes de formato medio y grande, la mayoría en blanco y negro, con lo que aún contrastan más las de color. Tomarse la visita de forma tranquila, con tiempo para detenerse en cada foto para apreciarla mejor, permite un saludable paréntesis a la distopía terrosa del exterior… Salud y un abrazo.
Como siempre, un artículo muy interesante y maravillosamente escrito. A pesar de mi reticencia a salir de casa, haré un esfuerzo y encontraré el camino para visitar esta exposición, un día de estos…
Besos, cuídate y mucha salud 🙂
Gracias, tocaya. Merece la pena que te acerques a verla, no solo porque se cumplen escrupulosamente todas las medidas de prevención que te garantizan una visita segura, también porque, ante tanto retrato para admirar, seguro que olvidas durante su recorrido cualquier preocupación. Es uno de los regalos que nos ofrecen las obras de arte 🙂
Salud y besos.
Gracias por permitirme desde la distancia adentrarme en esta exposición.
Me ha fascinado en esa cita del principio de Outumuro, el concepto de buscar la belleza en el fango, y el contraste entre barro y luz.
Por último, muchas veces no es solo disfrutar de una exposición sino también del espacio donde se ubica, y del aprovechamiento de esa riqueza.
¡Gracias a las fotografías con las que ilustra tu magnífico artículo, he podido empaparme de un montón de retratos que me han encantado!
Beso
Hildy
Gracias a ti, Hildy, por pasarte por el blog y comentar. Te confieso que entré a la exposición sin casi fijarme en el cartel y sin saber nada de su contenido (siendo La Lonja, pensé, seguro que vale la pena), pues no había leído que precisamente se inauguraba horas más tarde de ese mismo día. Al encontrarme, nada más pasar el recinto, con dos fotografías en blanco y negro de Nicole Kidman y de Aitana Sánchez Gijón, ya supe que me iba a encantar. Y al descubrir, retrato a retrato, sus conexiones con el cine y la pintura, mi sonrisa iba creciendo. Es lo que tiene a veces la ignorancia y dejarte sorprender 🙂 Luego he repetido un par de veces más, en solitario para tomar algunas fotos y en una interesante visita guiada.
Para quienes hemos leído muchos años Fotogramas, seguro que ya conocíamos retratos suyos publicados en sus páginas, aunque no pusiéramos nombre a su autor. Muestras como esta sirven para subsanarlo.
No te pierdas un paseo por la web de Outumuro, un placer para la mirada.
Salud y besos cinéfilos.
Precioso artículo. Una pena no estar en Zaragoza, pero me la apunto y le seguiré la pista por si viene a Madrid. Gracias!
¡Gracias, Lidia! En Zaragoza, desafortunadamente por problemas sobrevenidos de filtraciones, la exposición se ha retirado antes de la fecha de enero inicialmente prevista. Estaba siendo un gran éxito de público. Al menos ha servido para que mucha gente (me incluyo) conozca a su autor.
Sí, si se promueve alguna muestra en Madrid, no te la pierdas. Y siempre queda visitar su web como aproximación.
Salud y un abrazo.