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Entre las actividades conmemorativas con ocasión de los 125 años de vida del cine, si tomamos como fecha de partida la primera proyección cinematográfica abierta al público de los hermanos Lumière el 28 de diciembre de 1895, la exposición «El cine, un viaje a la búsqueda del espectador» se articula como un dinámico trayecto por el séptimo arte desde sus orígenes hasta la actualidad. Ubicada en el Centro de Historias de Zaragoza y organizada por el Servicio de Cultura del Ayuntamiento zaragozano y el Festival de Cine de dicha ciudad (FCZ), el próximo domingo 10 llega a su fin, por lo que animamos a visitarla a quienes aún puedan e invitamos a este paseo en imágenes a quienes no puedan desplazarse o deseen recordarla.Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-2020-Panorámica-Foto AtmosferacineExposición cine-Centro Historias Zaragoza-2020-Juguetes ópticos-Foto Atmosferacine

Una exposición especialmente diseñada para estos tiempos de pandemia (se inauguró el pasado octubre) al contar con visitas guiadas online para centros educativos y con numerosa información complementaria accesible a través de la lectura de los códigos QR dispuestos a lo largo de sus dos salas. En todo caso, los textos impresos son lo suficientemente divulgativos como para disfrutarla de forma convencional.Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-2020-Croma-Video-Foto Atmosferacine

En su espíritu subyace mostrar el avance de la tecnología al servicio del audiovisual con un objetivo último: capturar la atención del público. Un público cuyos gustos e intereses han evolucionado con los tiempos, de ahí que hayan tenido que adaptarse a ellos tanto los espacios de exhibición (las salas de cine frente a los dispositivos domésticos y los aparatos portátiles) como las producciones audiovisuales (efectos especiales, ambientación, etc).

En el origen de todo, como señala el panel con un fragmento de una pintura rupestre y el cuadro de Caravaggio «Narciso», la pulsión por atrapar parte de nuestro entorno e inmortalizarlo, unida a la pulsión por compartir esa ilusión para no ahogarnos solos en ella; y el cine como una síntesis de ambas.
Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-2020-Narciso-Pintura rupestre-Foto Atmosferacine

Y como esencia del cine, la luz. Esa luz por la que vehicular representaciones en movimiento capaces de alterar nuestro ánimo y transportarnos a otros lugares, a otros tiempos, como le sucedió al primer público de los hermanos Lumière, sobresaltado por la llegada de un tren, o a ese pequeño Totó fascinado por todo lo que proyectaba la cabina de «Cinema Paradiso».
Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-2020-Luz-Cinema Paradiso-Foto Atmosferacine

Entre los primeros artilugios, mediadores de esas sensaciones, en la muestra se nos recibe con una linterna automática de 60 Amperios perteneciente a un proyector profesional de 35 mm que la empresa española Ossa comenzó a construir a finales de los años 20 del siglo pasado, logrando imponerse a los proyectores extranjeros existentes hasta entonces, de forma que en 1960 copaba el 90% de las salas españolas, en muchas de las cuales aún se conservaban estos equipos cuando en 2010 comenzó la transición digital.
Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-2020-Linterna marca Ossa-Foto Atmosferacine

Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-2020-Linterna marca Ossa-Playmobil-Foto Atmosferacine

Un muy especial público alojado dentro de la linterna Ossa nos da la pista de la finalidad didáctica, para todas las edades, de la exposición, además de subrayar ese sentirnos partes de la magia del cine cuando asistimos a una proyección colectiva, como Jonás en su viaje particular en el interior de la ballena

Como antepasados reconocidos del siglo XIX del cinematógrafo, los llamados juguetes ópticos dieron el pistoletazo de salida al consumo de la ilusión de dar vida a imágenes inertes, entre ellos, el taumátropo, zoótropo, praxinoscopio, fenaquistoscopio…, luego les sucedieron otros inventos como el kinematoscopio y el mutoscopio, todos de etimología griega, ya sea con el sufijo tropé (giro, vuelta) o scopio (examinar, observar).Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-Juguetes ópticos-Inicios cine-Foto Atmosferacine

Como reivindicación de una figura poco conocida en el nacimiento del cine, la exposición subraya la labor de Louis Aimé Augustin Le Prince (1842-1890), gue grabó sus primeras imágenes en movimiento en 1888, conocidas como «La escena del jardín de Roundhay», de apenas dos segundos, adelantándose a los luego reconocidísimos Thomas Edison y hermanos Lumière. Le Prince vio truncadas sus expectativas al desaparecer misteriosamente el 16 de septiembre de 1890 en un tren entre Dijon y París, sin que su cuerpo o su equipaje fueran encontrados.

Tras la etapa inicial del cine mudo o silente, aunque hubo experimentos con el sonido desde sus orígenes, la primera revolución para la industria llegó con el Vitaphone, invento de Bell Telephone Laboratories y Western Electric que permitió a la Warner Bros lanzar en 1927 «El cantor del jazz» como el primer largometraje sonoro de la historia. Su impresionante éxito de taquilla fue el detonante de un cambio sin marcha atrás.Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-2019-2020-Inicios sonido-Foto Atmosferacine

Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-2019-2020-Sonido-Foto Atmosferacine

En un rincón de la exposición podremos experimentar, rodeados por altavoces, los últimos sistemas de audio que se han implantado, desde el Surround (envolvente) al Dolby Atmos

El coloreado fue inherente al cine primigenio si bien se apunta al Technicolor como el proceso que en 1916 impulsó una nueva transformación estética y a «The gulf between» (1917) como el primer largometraje estadounidense a color, del que actualmente solo se conservan algunos fotogramas. Posteriormente se empleó en secuencias concretas de otras películas mudas de gran popularidad como «Los diez mandamientos» (1923, cuya posterior versión sonora de 1956 del propio Cecil B. DeMille ya desplegaba a lo grande este sistema) y «El fantasma de la ópera» (1925).

Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-2019-2020-Color-Foto Atmosferacine

En la década de los 50 la competencia con la televisión propició una carrera de sistemas novedosos para atraer a la audiencia, ofreciéndole experiencias imposibles de sentir en su casa. Surgieron así los grandes formatos panorámicos, siendo el primero (y más efímero) el Cinerama, que implicaba filmar simultáneamente con tres cámaras y luego proyectar la película sobre una gigantesca pantalla curva con tres proyectores sincronizados, lo que provocaba un efecto envolvente. Se lanzó con un documental divulgativo de 1952 titulado «Esto es Cinerama«, que comenzaba en blanco y negro y en el convencional 4:3 desplegándose al poco la pantalla al completo para sorprender con dinámicas escenas en parques de atracciones o bellos paisajes naturales. Su complejidad y su coste motivaron su extinción tras una década (ver aquí un interesante documental completo, «Cinema Adventure«, sobre su historia). Cinemascope, VistaVision, Todd-AO, fueron otros formatos de especial ancho que nacieron y triunfaron por aquellos años, sobre todo con películas de corte épico que sacaban pleno partido a sus espectaculares escenarios.

Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-Cinemascope-Francisco Centol-Foto Atmosferacine

En la exposición también hay un recuerdo para aragoneses que se ocuparon de los avances cinematográficos, caso del director de cine y fotografía Francisco Centol (1911-1961) con sus estudios del cine en color.

Según el filósofo y sociólogo francés Jean Baudrillard en su teoría de la hiperrealidad, esta busca hacer desaparecer la realidad y enmascarar al mismo tiempo esa desaparición, de modo que los simulacros se perciban como verdaderos. El cine tridimensional persigue sumergir plenamente al espectador en su propuesta y que nada interfiera en su sensación de hiperrealidad. «The power of love«, melodrama estrenado en Los Ángeles en 1922, se considera el primer filme proyectado públicamente incorporando un proceso fotográfico estereoscópico, de modo que mediante las luego icónicas gafas anaglíficas (de dos colores) a partir de imágenes 2D lograba una ilusión en 3D. No logró el éxito, como tampoco terminó de implantarse este sistema en su resurgir en los años 50 en películas como «Los crímenes del museo de cera» (1953) y «Crimen perfecto» (1954), que han pasado a la historia más que por sus efectos tridimensionales por el resto de sus méritos. No obstante, hoy todas ellas se recuerdan como precursoras del cine 3D que han popularizado gafas mucho más sofisticadas. Un paso más allá lo está dando el cine 4D, que combina en salas especiales lo audiovisual con otros estímulos, sin olvidar las experiencias holográficas, sin la intermediación de gafa ninguna.Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-Cine 3D-Foto Atmosferacine

Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-Cine 3D-Gafas y carteles-Foto Atmosferacine

A la mitad de la exposición nos sorprende la llamada «área restringida», accesible solo a mayores acompañados, una forma original de presentar un espacio dedicado especialmente a la infancia (y también, claro, a quienes no la han perdido del todo). La componen una serie de vitrinas con una amplia colección de muñecos Playmobil que recrean una selección de largometrajes míticos de todos los tiempos, desde «Cleopatra» (1963) a «Interstellar» (2014) pasando por «E.T. el extraterrestre» (1982) o la saga de «Regreso al futuro» (1985-1990). Asimismo, se subraya cómo el imaginario colectivo se ha visto enriquecido por la amplia iconografía derivada del cine.
Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-Cine y Playmobil-Foto Atmosferacine

Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-Cine y Playmobil-Foto Atmosferacine-02 Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-Cine y Playmobil-Iconos cine-Foto AtmosferacineExposición cine-Centro Historias Zaragoza-Cine y Playmobil-Foto Atmosferacine-03

La última etapa que está viviendo el audiovisual la ha marcado el paso del analógico al digital, que facilita una máxima calidad en lo proyectado y, por ende, aumenta el potencial de ensimismar al público. Ya es todo un acontecimiento asistir en una sala a un pase en 35mm, con el sonido de traqueteo de fondo y, según su edad y conservación, las imperfecciones de sus fotogramas en celuloide. No obstante, mención especial para quienes todavía apuestan por sistemas analógicos y, además, panorámicos especiales, como sucedió con el estreno comercial de «Tenet» el 26 de agosto de 2020 en 70mm y sonido DTS en Zaragoza y Barcelona, como conté aquí.
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La era digital, en la que «Avatar» (2009) se promocionó a la cabeza de la experimentación (con formatos como el RealD 3D, Dolby 3D, XpanD 3D e IMAX 3D), ha cambiado nuestra forma de relacionarnos y de apreciar el cine. Casi pleistocénicos se contemplan ahora los efectos especiales de largometrajes como «El ladrón de Bagdad»  (1924) y «El hombre invisible» (1933), lo que no impide que sigan conservando su efectivo encanto.

La exposición concluye en su repaso de la tecnología aplicada al cine con el 4K UHD, ultra alta definición en la que ya producen contenidos audiovisuales algunas plataformas digitales, lo que cabe percibir como un nuevo gran peligro para las salas de cine frente a los visionados domésticos. Más en tiempos pandémicos, cabría nombrar esta situación con el título dado en España a «Total recall» (1990): Desafío total.Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-FX-4K UHD-Foto Atmosferacine

No obstante, la exposición nos deja con un gran sabor gracias a su homenaje final a través de la poesía visual (con su texto formando un retrato de cine) de la escritora Beatriz Russo.

Exposición cine-Centro Historias Zaragoza-Poema Beatriz Russo-Foto Atmosferacine

Pincha para agrandar la imagen y poder leer el texto de uno de los poemas de Beatriz Russo, que también cabe escuchar de su voz leyendo un código QR

Y como magnífico epílogo, se nos indica la posibilidad de ver la participación de Claude Lelouch en el largometraje colectivo «Lumière y compañía» (1995), en el que, para conmemorar el centenario del cine, intervinieron 40 cineastas de todo el mundo con un corto de 52 segundos rodado con la misma cámara y similares condiciones que  los Lumière en 1895. Lelouch filmó el beso de una pareja con un evocador travelling circular de fondo en el que se sucedía la simbología de la eterna mirada fílmica queriendo capturar su pasión (puedes verlo aquí). Un maravilloso tributo al cine, tanto a su componente técnico como al humano.

Veinticinco años después de ese homenaje, en su incesante viaje a la búsqueda de espectadores, en nuestra mano está parte de la responsabilidad de que su historia continúe.

Cine-Exposición Centro Historias Zaragoza-Detalle vitrina-Foto Atmosferacine

Próximamente en esta pantalla: un viaje al pasado de la exhibición cinematográfica zaragozana de la mano de José Laporta