Etiquetas
Ciclos Cine, Concepción Arenal, Feminismo, Homenaje, Largometraje, Laura Mañá, Pionera
Concepción Arenal mantuvo siempre una voz firme e independiente en su defensa por una mejora de las condiciones de vida de los menos favorecidos por la sociedad que le tocó vivir (Ferrol, 1820-Vigo, 1893). Su ética humanista, desarrollada en un pensamiento reflexivo cargado de argumentos, la volcó no solo en una ingente obra escrita (recogida en 23 volúmenes), también en un compromiso vital de acción en los proyectos de reforma en que se embarcó, precursora del cambio de la idea de beneficencia al de trabajo social en su sentido moderno.
En el largometraje de 2012 sobre su figura, «Concepción Arenal, la visitadora de cárceles«, Blanca Portillo la encarna a la perfección en su talante emprendedor, reivindicativo y valiente. En homenaje por el bicentenario de su nacimiento, con él iniciamos el pasado jueves 13 el ciclo de proyecciones y coloquios en el Centro de Historias de Zaragoza, con el aforo, actualmente permitido por la crisis sanitaria, completo; un jalón más en la recuperación de nuestra vida cultural presencial.
El origen del ciclo
Cuando en el Centro de Educación de Personas Adultas «Concepción Arenal» y en la Asociación Sociocultural homónima vinculada al mismo, reparamos en 2018 en el inminente bicentenario, decidimos dedicarle de forma especial uno de nuestros habituales ciclos anuales de cinefórum. Que al Centro educativo se le rebautizara con este nombre fue, sin duda, un enorme acierto que suma valor a su trayectoria histórica, pues el edificio se remonta al siglo XVII y ya en la época de la Restauración (1874-1902) fue sede de dos escuelas elementales, una para niñas y otra para niños, junto a una escuela-asilo de la organización católica La Caridad. Que a principios de siglo XX se le denominase Grupo escolar «Concepción Arenal» no dejó de ser un expreso reconocimiento público a esta mujer que defendió siempre la educación como el cimiento esencial del desarrollo individual y colectivo, especialmente reivindicándola para la mujer, relegada mayoritariamente de ella. Precisamente como escuela para niñas pervivió hasta 1982, curso en que comienza a funcionar como el primer centro específico dedicado exclusivamente a Educación de Adultos en Zaragoza. El tributo a Concepción Arenal venía casi como una natural evolución de un lugar consagrado a la formación durante más de un siglo. Con la implicación de la Asociación Sociocultural «Concepción Arenal», nacida en 1991 para complementar la dinámica del Centro educativo con una amplia oferta de actividades extraescolares, programamos un ciclo integrado por tres películas, con coloquios posteriores como enriquecedores espacios de intercambio de impresiones. Para darle mayor proyección, nos pusimos en contacto con la Casa de la Mujer, adscrita al Servicio de Mujer e Igualdad del Ayuntamiento de Zaragoza, y su plena acogida al ciclo culminó el ilusionante proyecto. Aunque haya sido con un año de retraso, esta es la crónica del arranque de ciclo donde recordamos de forma especial el coraje y afán de justicia e igualdad de una mujer adelantada a su tiempo.
Presentación
En la mesa de presentación del Centro de Historias, José Mensat, Jefe de la Unidad Técnica de Igualdad del Servicio de Mujer e Igualdad del Ayuntamiento de Zaragoza, introdujo la sesión recordando cómo fue la colaboración en los preparativos del ciclo, que se quedó a una semana vista de su arranque en marzo de 2020, retomado ahora con todas las medidas de seguridad sanitarias requeridas.
Posteriormente, Purificación García, directora del CPEPA «Concepción Arenal», se ocupó de reseñar algunas de las frases más emblemáticas de la protagonista de nuestro ciclo y de citar dos de los libros más completos sobre su figura: «Mentalidad y proyección social de Concepción Arenal» (1994), resultado de la tesis doctoral en Filosofía y Letras, especialidad Historia Moderna y Contemporánea en la Universidad de Zaragoza (1991), de Mª José Lacalzada de Mateo, profesora de la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo de Zaragoza (que precisamente recibió el pasado marzo el I Premio Concepción Arenal de la Universidad Pública de Navarra con motivo del Día Internacional del Trabajo Social), y «Concepción Arenal. La caminante y su sombra» (2018), de Anna Caballé, escritora y profesora de la Universidad de Barcelona, que recibió el Premio Nacional de Historia de España 2019 por esta biografía.
Continuó Mª Rosa Royo, veterana profesora del CPEPA «Concepción Arenal» ahora jubilada, con una interesantísima semblanza de nuestra homenajeada, desde sus primeros años en Galicia, impregnada de las ideas liberales de su padre, de quien heredó su voz inconformista, pasando por su espíritu independiente y ávido de conocimiento, que le llevó a asistir como oyente a clases universitarias de Derecho (hasta 1910 no se admitió en igualdad a la mujer en el ámbito universitario), su matrimonio con Fernando García Carrasco, abogado y periodista con quien compartió un inusual modelo conyugal de igualdad en pareja, su viudedad a los 37 años que le llevó a afrontar sola con sus dos hijos pequeños una nueva etapa, en la que comenzará sus textos más exitosos, como «La beneficencia, la filantropía y la caridad», con el que ganó el concurso de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, donde novedosamente defendía un derecho universal a la cobertura sanitaria, o «El visitador del pobre», creado como una guía de las visitadoras de San Vicente de Paúl que se tradujo a diversas lenguas y llegó a ser un bestseller en toda la Europa católica… Una vida intensa cuyos principales avatares resulta útil conocer para contextualizar mejor la película dirigida por Laura Mañá que ocupó seguidamente la sesión y de cuya introducción y coloquio, acompañada de Rosa, tuve el placer de encargarme.
Laura Mañá y su retrato fílmico de Concepción Arenal
Laura Mañá, actriz, escritora y directora, debutó tras las cámaras en el largometraje en el año 2000 con la comedia «Sexo por compasión», saltando después al thriller psicológico con la adaptación de la obra teatral de Jordi Galcerán «Palabras encadenadas» (2003). Tras títulos como «Morir en San Hilario» (2004) o «La vida empieza hoy» (2010), en la última década se ha destacado por sus retratos de corte biográfico de mujeres pioneras en su lucha por el progreso social y, en especial, por la igualdad de derechos de la mujer. Así, en «Ni Dios, ni patrón, ni marido» (2010), producción argentina, la historia se centra en Virginia Bolten, fundadora a finales del siglo XIX del primer diario anarcofeminista argentino: «La voz de la mujer». Un año después realiza «Clara Campoamor, la mujer olvidada», figura clave en la conquista del voto femenino durante la II República española. El éxito de esta producción televisiva propiciaría en 2012 «Concepción Arenal, la visitadora de cárceles», que entre otros reconocimientos obtiene en 2013 el premio a la mejor ficción en el Festival de Luchon (Francia), el premio especial del jurado en el DetectiveFEST (Moscú), los galardones a mejor actriz de reparto (Mabel Rivera) y mejor vestuario en los Premios Mestre Mateo y la nominación a mejor película para televisión en los Premios Gaudí.
Su último largometraje, «Federica Montseny, la mujer que habla» (estrenado el pasado 8 de marzo simultáneamente en tres cadenas televisivas autonómicas de Cataluña, Valencia e Islas Baleares), aborda la historia de la líder anarcosindicalista que, durante la II República se convirtió en la primera mujer ministra de España y una de las primeras de Europa Occidental, al frente de la cartera de Sanidad y Asistencia Social.
Mantener viva la memoria de quienes nos han abierto camino permite preservar su legado y nos hace conscientes del valor que jugamos todos y todas en el avance por un mundo mejor. Concepción Arenal sería todo un referente para mujeres que le tomaron el relevo en su activismo social, como Clara Campoamor (precisamente también retratada por Laurá Mañá en su filmografía), que en su libro de 1939 «El pensamiento vivo de Concepción Arenal» dijo de ella que era «el paralelo femenino español de todo lo bueno y genial que tuvo Cervantes».
«Concepción Arenal, la visitadora de cárceles» si bien ambientada en el periodo en que ejerció de visitadora de prisiones femeninas, la primera mujer en este cargo, en sus ochenta minutos de duración supone una extraordinaria obra de síntesis del espíritu de su personaje principal y de su marco histórico. El sólido guion, coescrito por Laura Mañá con Rafa Russo, incluirá un prólogo y epílogo, fijado el 27 de octubre de 1932, fecha de la aprobación del primer Código Penal humanitario, como simbólico guiño a la culminación de la reforma penitenciaria y penal promovida por Concepción Arenal, cuya historia se nos cuenta en flashback con la excusa de una entrevista periodística a un profesor universitario que la conoció. Un hábil recurso que permitirá adentrarnos, a través de su voz en off, en la convulsa España de 1863, en una de cuyas ejecuciones públicas irrumpirá Concepción para detenerla. Las cadenas de la penada como destino fatal, al igual que «las cadenas con el antiguo régimen» de la España de ese momento al que se refiere el narrador, serán el primer ejemplo condensador de todo aquello a lo que debió enfrentarse Arenal a lo largo de su vida.
La película, con gran economía narrativa, aborda desde su faceta maternal más tierna, con cálidas escenas con sus dos hijos, a su faceta más combativa en sus encuentros con el alcaide de la prisión. El papel humanizador de la educación por el que tanto apostó, se encarna sobre todo en el ficticio personaje del cabo de vara, que protagoniza una de las equilibradas subtramas dramáticas que contribuyen a la progresión de la historia, dinámica y emotiva en su conclusión final.
Brilla la relación mantenida con el violinista Jesús de Monasterio como ejemplo de las alianzas masculinas con hombres cultos que cultivó Concepción, compartiendo con ellos, de igual a igual, sus inquietudes intelectuales (en el collage inferior, abajo a la izquierda, único óleo que se conserva de su marido, Fernando García Carrasco, fallecido a los 49 años de tuberculosis, y en el extremo superior derecho, retrato del citado músico). La correspondencia mantenida con este, en esmeradas escenas a la luz de quinqués y chimeneas sobresalientemente fotografiadas, también encontrará sus momentos en el filme como parte de la prolífica obra escrita por Arenal.
La que ahora llamamos sororidad encontró su reflejo en la vida de nuestra protagonista sobre todo a través de Juana de Vega, condesa de Espoz y Mina, activista y escritora liberal en la que Concepción encontró un alma cómplice y una de sus mejores valedoras, lo que queda diáfanamente plasmado en la película, entre otros instantes, en el emblemático plano cenital en que las vemos en círculo, al fuego del hogar, junto a la sociedad de la Magdalena (grupo de mujeres de la alta sociedad coruñesa), que apoyó la causa reformista de las cárceles impulsada por Arenal.
Drama, ironía, intriga, realidad y ficción, se combinarán resueltamente en el largometraje potenciando su carga audiovisual la sobresaliente labor de iluminación, la expresiva banda sonora y la cuidada composición de los planos, algunos de cuyos paralelismos servirán de gráfica representación de la fuerza de la empatía.
Más sobre Concepción Arenal
Concluimos la sesión apuntando la posibilidad de seguir profundizando en el legado de Concepción Arenal, además de con la lectura de sus obras, con una selección de recursos disponibles en Internet:
- En la web del organismo público Acción Cultural Española cabe aproximarnos a numeroso material de la exposición que organizó con la Biblioteca Nacional de España entre diciembre de 2020 y abril de 2021, comisariada por Anna Caballé y Cristina Peñamarín. Desde una visita virtual a lo que fue el espacio expositivo, a vídeos, hasta su completo catálogo, accesible todo desde este enlace.
- En RTVE a la carta consta disponible actualmente, por una parte, encuadrado en la serie «Mujeres en la historia», el documental de 1995 titulado «Concepción Arenal, la fuerza de un ideal» (ver desde aquí); por otra, el largometraje de Laura Mañá «Concepción Arenal, la visitadora de cárceles» (íntegro en este enlace).
Seguir adelante como agentes positivos de cambio
El motivo visual de la mujer tras la ventana, tan recurrente y simbólico en representaciones femeninas tanto pictóricas como cinematográficas, subraya en la película de Laura Mañá el poderoso carácter del personaje de Concepción Arenal, que lejos de rendirse en su labor transformadora, como cuando es cesada en su cargo de visitadora de cárceles (momento al que corresponde el fotograma inferior), supo mirar más allá de su incierto horizonte y ponerse nuevamente manos a la obra en lo que creía un camino necesario hacia el progreso social («todas las cosas son imposibles mientras lo parecen», una de sus frases que se repite en la película). Y en sus libros, su impulso para que todo el mundo nos sintiéramos corresponsables de lo que sucede a nuestro alrededor. Una visión global y sensibilizadora.
Agradecer nuevamente al público asistente su presencia así como al Servicio de Mujer e Igualdad del Ayuntamiento de Zaragoza toda su colaboración.
Nos vemos en la próxima sesión: el miércoles 19 de mayo, a las 18 horas, en el Centro de Historias de Zaragoza, con la proyección en VOSE de «Most beautiful island», largometraje de 2017 que supuso el debut tras las cámaras de mi tocaya la actriz madrileña Ana Asensio. El espíritu de Concepción Arenal seguirá acompañándonos.
Chapeau por tu labor de síntesis. Tu crónica recoge de forma magistral todo lo que allí se dijo y se vio.
Deseo que la segunda salga tan bien. Nos vemos la semana que viene. Un abrazo.
Muchas gracias, Lucía. La segunda sesión también resultó muy enriquecedora. En breve publicaré su crónica. ¡Nos vemos en la tercera sesión! Salud y un abrazo de cine.
Pingback: Ciclo Mujeres rompiendo cadenas (II): “Most beautiful island” | atmosferacine
Pingback: Ciclo Mujeres rompiendo cadenas (III): “De tu ventana a la mía” | atmosferacine