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Las efemérides sirven para recordar. Y el término recuerdo, que etimológicamente significa volver a pasar por el corazón, revela que queremos mantener vivo aquello que rememoramos.Sello Correos-Centenario Cine Español-1996-Salida Misa Doce Pilar Zaragoza

Este mes de octubre, hace veinticinco años, en Zaragoza se focalizó un completo programa de actos en torno al primer centenario del cine español. Entre esos actos, el viernes 11 de octubre se rodó un remake del entonces considerado filme inaugural de nuestra cinematografía: “Salida de misa de doce del Pilar de Zaragoza”. No fue realmente el primero, pero celebrar es vivir y aquella conmemoración fue una fiesta del llamado séptimo arte que ahora quiere mantenerse con la instauración este 2021 del 6 de octubre como el “Día del cine español”.

Recordando la celebración de 1996

El 30 de enero de 1996 desde Correos y Telegráfos se quiso dar el pistoletazo de salida y la entidad dedicó su primera emisión filatélica anual al cine español. Dos años antes había lanzado los dos primeros sellos fijándose en él, dedicados al turolense Segundo de Chomón y al calandino Luis Buñuel. En esta ocasión, la elección recayó en un fotograma de “Salida de misa de doce del Pilar de Zaragoza” y en el cartel de “¡Bienvenido, Mister Marshall”. Se anunció el estampado exclusivo de su primer día de circulación en la oficina central de Correos de Zaragoza y allá que acudí para obtenerlo. En la oficina podías adquirir postales con diversas imágenes de la Basílica del Pilar en cuyo reverso figuraban ambos sellos, por valor de treinta y sesenta pesetas, con el matasellos exclusivo de tal fecha, que representaba un instante del rodaje de menos de un minuto que a finales del siglo XIX había tenido lugar ante una de sus puertas.

Sellos Correos-Centenario Cine Español-1996-Matasellos especial-Foto AtmosferaCine (1)

Junto a los sellos, un díptico explicaba su motivación:

La primera emisión filatélica de 1996 está dedicada al cine español, que cumple sus primeros 100 años, y a una de sus películas de mayor calidad artística, obra de Luis García Berlanga.

Madrid fue el lugar de estreno del cinematógrafo que tanto éxito había alcanzado en París. A. Promio, delegado de los hermanos Lumière, presentaba el invento, el día 13 de mayo de 1896, en la planta baja del Hotel de Rusia, situado en la carrera de San Jerónimo, la vía más elegante de la capital por aquellas fechas.

Eduardo Jimeno y su hijo Eduardo Jimeno Correa, de Zaragoza, propulsaron más tarde el cine por toda España, con proyecciones en Madrid, Burgos, Bilbao y Santander, utilizando como salas en algunos casos una posada y una carbonería. En 1896, realizaron la primera película española «Salida de los fieles del Pilar de Zaragoza».

Fructuoso Gelabert, catalán hijo de mallorquines y residente en Barcelona, rodó a principios de agosto de 1897, con Biosca como operador, «Riña en un café», a la que siguieron «Salida de los trabajadores de la fábrica España Industrial» y «Salida del público de la iglesia de Santa María de Sans».

«Bienvenido, Mister Marshall», de Luis García Berlanga, rodada en 1952, con la colaboración como guionistas de Bardem y de Mihura, es un clásico del cine español. A través de la parodia del género folklórico, una de las señas de identidad más fuertes de este cine, retrata la España rural de la época. La anécdota de la esperada ayuda del visitante americano, rica de ironía y de amargura, sirve para darnos a conocer los personajes más típicos de un pueblo castellano. La película es casi un documental, con una lista de actores-personajes inolvidables. Actores que en películas posteriores demostraron, especialmente los secundarios, que eran y son el gran valor del cine español.

Correos-Sellos Centenario Cine Español-1996-Foto AtmosferaCine

Anverso y reverso del díptico justificativo, con el texto en castellano, francés, inglés y alemán.

Correos-Sellos Centenario Cine Español-1996-Interior folleto-Foto AtmosferaCine

En la capital maña también se promovieron actividades propias, como el ciclo de coloquios organizado por el Ayuntamiento de Zaragoza en colaboración con la Caja de Ahorros de la Inmaculada (CAI), titulado «Yo confieso» (luego reconvertido en el ciclo «La buena estrella», todavía en marcha), que comenzó en febrero con una primera sesión protagonizada por Fernando Trueba, David Trueba y José Luis García Sánchez, seguida de otras donde se sucedieron figuras como Chus Gutiérrez, Santiago Segura, Gabino Diego, Carlos Fuentes, Agustín Díaz Yanes, Pilar Bardem, Fernando Fernán Gómez, Javier Bardem, Jorge Sanz, Fernando Álvarez Armero, Beatriz Carvajal, Penélope Cruz, María Barranco, Enrique Urbizu, Luis Marías, Silke, Candela Peña, Elvira Mínguez, Imperio Argentina, José Luis Borau, Agustín Sánchez Vidal, Paco Rabal, Alfredo Landa, David Trueba, Fernando Ramallo, Lucía Jiménez y Maribel Verdú (algunas fotos acreditativas aquí). Un placer el asistir a aquellos encuentros de artistas con el público, donde cualquiera podía preguntarles de tú a tú en un ambiente cercano coordinado y moderado por Luis Alegre. Luego no faltaban los cazautógrafos. Entre el anecdotario de las sesiones a las que acudí, además de algunas preguntas peregrinas (como la del chico que quiso saber cómo fue la pérdida de virginidad de Santiago Segura, cuestión que este resolvió con su natural desparpajo y buen humor), destacaría lo sucedido en la décima, celebrada el viernes 4 de octubre tras el paréntesis veraniego. El folleto que la anunciaba la presentaba así: El ciclo «Yo confieso» se reanuda con una sesión de absoluto lujo, protagonizada por la pregonera de las Fiestas del Pilar de 1996, Imperio Argentina, la máxima estrella de la historia del cine español, por el cineasta zaragozano José Luis Borau, medalla de Oro de la Ciudad, que recuperó para nuestro cine a Imperio Argentina, y por el escritor y ensayista Agustín Sánchez Vidal, profundo conocedor del trabajo y de la figura de ambos. El encuentro transcurrió tan ameno como siempre, plagado de curiosidades y con el entrañable recuerdo de Florián Rey, con quien Magdalena Nile del Río -más conocida como Imperio Argentina- se inició en el cine mudo protagonizando «La hermana San Sulpicio» (1927), que luego volverían a realizar ya en el sonoro junto a otros éxitos conjuntos como «Nobleza baturra» (1935), «Morena Clara» (1936) y «Carmen, la de Triana» (1938). No solo se habló del tándem de la actriz, cantante y bailarina con Rey, su descubridor y primer marido, también del rodaje en tierras aragonesas de «Tata mía», con la que Borau relanzó su carrera en los años 80. Pero el momento imperecedero llegó cuando la artista bonaerense quiso cerrar el acto regalándonos, en primicia, la lectura del pregón que iba a presentar en público al día siguiente en el balcón del Ayuntamiento de Zaragoza. A pesar de que Luis Alegre le requirió para no hacerlo por lo inaudito de la iniciativa, se lanzó a ella y lo hizo con tal brío y potencia que no pudo evitar que avanzado el texto le desbordase la emoción, si bien la involuntaria no conclusión fue compensada con una sonora ovación de todo el auditorio. Reconozco que pocas veces he ido a la Plaza del Pilar a escuchar en vivo el pregón de fiestas del Pilar, pero ese 5 de octubre no quise perderme a Imperio Argentina, convencida de que bordaría su papel, como así fue, sin perder, como la víspera, las riendas por la pasión del momento.Encuentros con el cine español-Zaragoza-Ciclo Yo confieso-1996-Foto AtmosferaCine-

Recupero también de mis objetos de colección los folletos que podías recoger en las sesiones de «Yo confieso». En particular, en la imagen superior, los correspondientes a la segunda sesión y décima sesión; en la imagen inferior, los de la decimoprimera y decimotercera. En su interior, un texto daba completo repaso a la trayectoria de la persona o personas invitadas. Encuentros con el cine español-Zaragoza-Ciclo Yo confieso-1996-Noviembre y Diciembre-Foto AtmosferaCine

El jueves 10 de octubre llegaron a la zaragozana estación del Portillo varios cientos de profesionales del cine en trenes procedentes de Madrid y Barcelona. Esa misma tarde en el Ayuntamiento, su alcaldesa Luisa Fernanda Rudi, Luis García Berlanga (como Presidente de Honor de la Academia del Cine Español) y José Luis Borau (como Presidente de dicha Academia desde 1994) procedieron a entregar unas Medallas de Oro diseñadas para la ocasión por Antonio López a un nutrido grupo de nombres, previamente elegidos por los académicos en diferentes categorías. Una forma de homenajearlos por su contribución al cine español. Entre ellos figuraban, en la categoría de animación y efectos, José Luis Moro; en la categoría de dirección/realización, Luis María Delgado, Antonio Isasi, José Antonio Nieves Conde, Ricardo Núñez y Francisco Rovira Beleta; en la categoría de fotografía, Manuel Berenguer, Emilio Foriscot y Juan Mariné; en la categoría de guion, Vicente Coello y Carlos Blanco; en la categoría de interpretación, Antoñita Colomé, José Crespo, Maruchi Fresno, Enrique Guitart, Josita Hernán, Raquel Rodrigo, Blanca de Silos y Mercedes Vecino; en la categoría de montaje, Mercedes Alonso, Petra de Nieva y Magdalena Pulido; en la categoría de música, Augusto Algueró, Antón García Abril, Gregorio García Segura y Xavier Montsalvatge; en la categoría de producción, Vicente Sempere y Jordi Tusell… y así hasta un total de 46 nombres, muchos de ellos desconocidos para el gran público, con lo que la institución recompensaba una labor a menudo a la sombra de la popularidad de los títulos cinematográficos en los que trabajaban.

El acto estrella de la programación nacional de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España llegaría el viernes 11 de octubre, víspera del día grande de las fiestas patronales, en que se había convocado a la ciudadanía a media mañana ante la misma puerta del rodaje de «Salida de misa de doce…» para filmar un remake (ver fotos aquí). Al frente del rodaje, José Luis Borau asistido por otros realizadores como Luis García Berlanga, Fernando Trueba, Imanol Uribe, Fernando Méndez Leite, José Luis Cuerda, Rosa Vergés,  Bigas Luna, Ventura Pons, Jaime de Armiñán y Antonio Artero. Entre la muchedumbre que recreó la escena, en las primeras líneas, la alcaldesa de la ciudad y parte de su equipo, profesionales del cine y descendientes de Eduardo Jimeno, el autor de la pieza original. Pieza grabada al modo de las llamadas escenas naturales, registros de movimientos cotidianos, como las iniciales inmortalizadas por los hermanos Lumière; solo que si esta primera se tomó sin apenas ser percibida, repetida una semana después por Jimeno y habiéndose extendido la noticia por la ciudad, ese domingo la plaza se llenó de gente, deseosa de ser capturada por la cámara y haciéndose notar, por lo que a este nuevo corto se le terminó llamando “Saludos”. Obviamente, en la de 1996 la premeditación fue su elemento principal, de ahí que se usaran varias cámaras que también inmortalizaran el rodaje desde diferentes puntos de vista. Tras un par de tomas (cumpliendo la tradición de una segunda de seguridad), se dio por finalizado el evento y todo el mundo se dirigió a la cercana Plaza Ariño a inaugurar una escultura erigida en honor de Eduardo Jimeno.

Rodaje-1996-Salida Misa 12 Pilar Zaragoza-Foto de Javier Gamarra

Imagen tomada desde la torre de San Francisco de Borja de la Basílica-Catedral del Pilar el 11 de octubre de 1996 durante el citado rodaje. Una excepcional vista cenital desde la que contemplar el gentío congregado en la plaza para dicho evento. Foto cortesía de Javier Gamarra. Eduardo Jimeno Correos-Pionero Cine Español-Escultura-Zaragoza-1996-Foto AtmosferaCine (2)

En la Plaza Ariño, contigua a la céntrica calle de Don Jaime I, nunca se ha visto tanta gente del cine reunida como en aquel mediodía del 11 de octubre de 1996 en la presentación de la efigie de Eduardo Jimeno Correas. De bronce fundido y patinado, sobre un pedestal de piedra de La Puebla de Albortón, fue obra del escultor grausino Manuel Arcón Pérez.

Eduardo Jimeno Correos-Pionero Cine Español-Escultura-Zaragoza-1996-Foto AtmosferaCine (1)

Esa misma tarde, desde el Gran Hotel partió un desfile de más de una veintena de coches antiguos en dirección a la sala Mozart del Auditorio-Palacio de Congresos (inaugurado solo un par de años antes), encabezado por el que transportaba a Imperio Argentina y José Luis Borau, al que le seguían los ocupados por otros rostros populares como Mary Carrillo, Saza, Terele Pávez, Antonio Ferrandis, Juanita Reina, Loles León, Jorge Sanz, Silvia Marsó y un largo etcétera. En el Auditorio se celebró una gran gala que sería transmitida en directo por la primera cadena de RTVE (aquí un breve clip). En ella no faltaron los montajes audiovisuales recordando cada década pasada, las escenificaciones, el humor y las actuaciones musicales, con una inesperada aparición de los tambores de Calanda evocando a Luis Buñuel.

Reescribiendo la historia. La eterna polémica de quién fue el primero

Que el corto filmado ante la llamada puerta baja de la fachada sur de la Catedral-Basílica del Pilar no fue el primero rodado en España, ya era pacífico cuando se eligió como insignia para festejar el centenario del cine español. Estaba documentado (por ejemplo, por Manuel Rotellar en su libro de 1970 “Cine aragonés”, basándose en el trabajo del crítico José F. Pérez Gállego), que Eduardo Jimeno ya había grabado antes unas maniobras de pontoneros en el río Ebro, pero debido a la falta de luz no le convenció el resultado. También se sabía que los operarios que los hermanos Lumière enviaron a España para exhibir sus obras se encargaban, asimismo, de grabar vistas en nuestro país para enriquecer su repertorio, a veces incluso con financiación de empresarios españoles. Pero fue pocos meses después de que la Academia del Cine Español decidiese celebrar el centenario de nuestra cinematografía, cuando comenzaron a saltar públicamente un montón de alarmas. Entre ellas, por un lado, la ponencia de Jean Claude Seguín, representante de la Universidad Lumière-Lyon 2 en el Congreso de la Asociación Española de Historiadores del Cine, a celebrar en diciembre de 1995 en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona, que consideraba incorrecta la fecha de «Salida de misa de doce…», situándola un año más tarde. Por otro lado, el investigador gallego José Luis Castro de Paz estimaba «El entierro del General Sánchez Bregua», de junio de 1897, como la primera película española obra de un español, José Sellier Loup, de origen francés pero residente durante la mayor parte de su vida en Galicia. Ante la disparada polémica, se dudó en seguir adelante con la celebración anunciada, pero se optó por continuar ante la constancia de que la pieza de Jimeno, tradicionalmente documentada como la primera, era la única físicamente existente en aquel momento. En cualquier caso, no dejaba de ser la excusa para una gran celebración mirando atrás.

La nada certera reseña del díptico de Correos aparecido en enero de 1996 y de otros textos, tuvo su subsanación en muchos más que les han seguido. En octubre de 1997 la propia Academia del Cine español, asumiendo la investigación sobre los orígenes del cine español de Jon Letamendi y Jean-Claude Séguin, la incluyó como parte del número 1 de su nueva publicación «Cuadernos de la Academia«, desplazando así el papel concedido a «Salida de misa de doce…» y otorgándolo a otros pioneros, como el catalán Fructuoso Gelabert, a quien hoy se le sigue considerando el primer español en rodar un filme argumental, «Riña en un café«, en 1897. Este número 1, además de suculentos artículos firmados por prestigiosos especialistas, concluía con una detallada crónica de lo que fue la celebración de todo un siglo de cine español en el octubre del año anterior en Zaragoza.

Cuadernos de la Academia 1-Octubre 1997

Portada y sumario de la nueva publicación de la Academia del Cine Español, no sujeta a periodicidad, a diferencia de la revista «Academia», nacida en 1991.

Cuadernos de la Academia 1-Octubre 1997-Sumario-AtmosferaCine (1)

Cuadernos de la Academia 1-Octubre 1997-Sumario-AtmosferaCine (2)

La demasiada importancia que le damos a ser el primero en algo no deja de partir de la concepción de la vida como una competición con recompensas limitadas. Casi todos los inventos parten de descubrimientos previos. Y casi todas las actuaciones a las que les imprimimos el «honor» de ser la inaugural en su categoría, consiguen tal distinción partiendo de nuestro conocimiento en ese momento, sin garantía de que otra análoga haya existido en la periferia de lo que damos por único real.

En el caso del ahora estimado séptimo arte, pervive la controversia sobre los mayores méritos del estadounidense Thomas Alva Edison frente a los franceses hermanos Lumière, convencionalmente valorados como los padres del cinematógrafo. No olvidemos tampoco el papel de sus predecesores, y la oportuna y misteriosa desaparición de algunos, caso del también francés Louis Le Prince.

Mirando al futuro

Sea cual fuere el punto de partida en el que nos fijemos, aquella celebración de 1996 en Zaragoza, como consiguió Hollywood desde que creó sus estatuillas doradas, sirvió para concentrar todas las miradas durante un tiempo en el cine español, además de momento de confraternización para seguir con más fuerzas en el camino.

Y como de sumar miradas y energías se trata, este 2021 en que se cumplían los 25 años de aquella celebración, se ha apostado por toda una renovación. El pasado 9 de marzo, el Consejo de Ministros acordó instaurar el 6 de octubre como el Día del Cine Español con el objetivo de reconocer el papel de los profesionales del sector del cine, su influencia e importancia en la vida cultural y social de nuestro país y el papel que el cine español ha desempeñado a lo largo de su historia y que ha de seguir desempeñando.

Por su parte, el Ayuntamiento de Zaragoza anunció en mayo la creación de un nuevo certamen cinematográfico que busca convertirse en todo un referente en el panorama nacional e internacional en la temática elegida, precisamente el cine y series de corte histórico: el Saraqusta Film Festival, que toma como icono el dragón de la leyenda de San Jorge, patrón de Aragón. Su primera edición, que ha tenido lugar del 26 de septiembre al 2 de octubre, ha contado con 17 producciones, entre ellas, cinco largometrajes y cinco documentales, que compitieron por el Dragón de Oro en sus respectivas categorías.

Saraqusta Film Festival-Festival cine y series de historia-Zaragoza

A nivel nacional, el pasado 6 de octubre se desplegó todo un amplio programa de actividades organizadas por instituciones y entidades relacionadas con el mundo del cine. RTVE Play, por ejemplo, ofreció un maratón de títulos españoles y el estreno de la versión restaurada de “El hotel eléctrico” (1908), de Segundo de Chomón, del que este año se cumple el 150 aniversario de su nacimiento.

Este 2021 se celebran también, entre otros, los centenarios del nacimiento de Luis García Berlanga y Fernando Fernán Gómez. Y el Ministerio de Cultura ya ha anunciado también las celebraciones inminentes en 2022 del centenario de Juan Antonio Bardem y en 2023, de Ana Mariscal y José María Forqué.

¿Por qué el 6 de octubre como fecha-diana de ese nuevo Día? Por coincidir con el final de la producción del largometraje “Esa pareja feliz”, dirigida y guionizada por Juan Antonio Bardem y Luis García Berlanga y protagonizada por Fernando Fernán Gómez y Elvira Quintillá; símbolo de un brillante trabajo en equipo que refleja el paso de la modernidad de nuestro cine. Tal elección podrá también ser puesta en cuarentena por algunos, como lo fue Eduardo Jimeno. Personalmente coincido en que el filme de 1951 con el que debutaron dos de nuestras tres B más relevantes del cine (junto con Buñuel), es una muestra sobresaliente de nuestra cinematografía que merece ser mucho más reconocida. Insisto en que celebrar es vivir, y divulgar es facilitar que aquello compartido viva en mucha más gente, así que bienvenido sea el nuevo Día del Cine Español y todas las propuestas que genere.

Esa pareja feliz-Bardem y Berlanga