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La mesa redonda “Aragón y cine en femenino”, tras una inicial parte conociendo mejor a sus tres invitadas, Mercedes Gaspar, Verónica Sáenz y Carlota Gurpegui, se centró primero en una mirada atrás en el tiempo para, después, abordar dificultades de ayer y de hoy, oportunidades para superarlas y, finalmente, plantear retos necesarios para que las mujeres del mundo audiovisual puedan trabajar en él sin los sesgos y brechas que todavía existen.

Mesa redonda Aragón y cine en femenino, 2022, en la sede del LAAAB

En realidad siempre estuviste aquí: reparando asimetrías, carencias y olvidos de ayer y hoy

Mis primeras preguntas para las tres: ¿qué echáis más en falta en el mundo audiovisual desde el punto de vista feminista? ¿Qué mujeres artistas creéis que deben reivindicarse? ¿O qué figuras femeninas habéis descubierto –conocidas o no por el gran público- que os han servido u os sirven como referentes?

Mercedes Gaspar: Hay tantas mujeres por reivindicar, empezando desde muy atrás, que a veces no se sabe por dónde empezar… Las influencias suelen venir por lo que te llega en cada momento. Por tema generacional, citaría en primer lugar a Anaïs Nin y Simone de Beauvoir. De las vanguardias artísticas, cuando todavía era muy difícil verlas en los libros de arte, me gustó mucho descubrir en una exposición en Madrid el impacto de las mujeres en el constructivismo; y en el terreno fotográfico, la obra de Lee Miller y Dora Maar. En el terreno del surrealismo, además de la más conocida Frida Khalo, destacaría a Louise Bourgeois, Leonora Carrington y Unica Zürn. Tratándose de literatura, las obras de Alejandra Pizarnik y de Clarice Lispector me han interesado muchísimo, y en el género de la novela policíaca, convencionalmente dominado por autores masculinos, tenemos también muchas escritoras de primer orden; yo leí mucho a inglesas primero, luego a nórdicas; y en España, por fortuna, cada día contamos con más representantes. Hay un caso que a mí me parece paradigmático, muy apreciado en Latinoamérica y no aquí, que es el de Corín Tellado, que pudo vivir de la escritura y contaba con un público internacional; una gran olvidada. También existen muchas escritoras de historias infantiles maravillosas que tampoco han conseguido la justicia que se les debería, como sucede aquí con Selma Lagerlöf, autora de la novela El maravilloso viaje de Nils Holgersson, en torno a un niño que viaja sobre un ganso, que fue adaptada al cine de animación.

Centrándonos en España, las mujeres de la generación del 27 siguen siendo grandes desconocidas, como la pintora Ángeles Santos.

Mercedes Gaspar y Verónica Saenz en la Mesa redonda Aragón y cine en femenino 2022, en el LAAAB

Y por terminar con el cine, destacaría a Margarette Von Trotta, Lilianna Cavani y Agnès Varda. De esta última me sirvió como referente para mi largometraje Huidas, su película de 1985 Sin techo ni ley,  en la que el personaje de Mona, interpretado por Sandrine Bonnaire, viajaba sola. El cine ha servido también para reivindicar a muchas figuras históricas, como María Moliner en formato documental. De hecho, los documentales han jugado un papel esencial en poner en valor a muchos nombres femeninos. En este sentido, viajando atrás en el tiempo, recuperaría la figura de una actriz italiana que también fue escritora: Isabella Andreini, que vivió en el siglo XVI. Mi amiga Valle Hidalgo la descubrió en un viaje a Italia y busca difundir su figura con un proyecto documental que primero ha encontrado materialización en la obra teatral La eterna enamorada.

Seguiría aún con muchos nombres de mujeres, porque nos quedan todavía tantas por conocer y divulgar…

Verónica Sáenz: Sobre qué echamos en falta en el mundo audiovisual desde el punto de vista feminista, centrándome en algo muy puntual querría primero compartir que en la serie Valeria trabajé con un equipo mayoritariamente femenino, y no pensé que sería una experiencia tan gratificante, pues tradicionalmente nos han inculcado que trabajar con mujeres es peligroso porque hay muchas envidias, pero nada más lejos de la realidad. Empecé muy joven en el mundo audiovisual y he sufrido muchas más actitudes machistas en otros entornos que agravios por parte de compañeras, por lo que reivindicaría más equipos integrados fundamentalmente por mujeres, donde he experimentado un clima mucho más respetuoso, menos jerarquizado, más horizontal y participativo y nada condescendiente.

Sobre nombres de mujeres a reivindicar, en cuanto que somos la mitad de la población, creo que deberían reivindicarse en todos los ámbitos en los que han contribuido a lo largo de la historia. En la actualidad, por ejemplo, en el mundo laboral nos hemos incorporado en número casi por igual, el problema es que no trascienden muchos de sus trabajos, no se habla de ellos.

Sobre referentes que he conocido recientemente, a raíz del proyecto Maitino he investigado mucho sobre la Generación del 27 y sobre Las Sinsombrero, lo que me ha llevado a conocer a la cineasta Tània Balló, que ha escrito mucho sobre el tema y promovido un proyecto transmedia que incluye varios libros así como documentales disponibles en RTVE (ver desde aquí) que nos hablan de un gran número de mujeres artistas. La más conocida quizás sea Maruja Mallo, amiga de Lorca y Dalí. De hecho, el nombre de Las Sinsombrero fue gracias a una anécdota que les sucedió paseándose por la Puerta del Sol quitándose el sombrero para liberar las ideas, lo que provocó que les insultasen e incluso les tirasen piedras por su transgresión. Precisamente ahora hay una exposición en el Centro Cultural Fernán Gómez sobre ellas (hasta el 15 de enero de 2023). Este grupo incluye personajes interesantísimos, como la escritora Luisa Carnés, una de cuyas novelas se ha representado este año en Madrid: Tea Rooms: Mujeres obreras, una historia muy novedosa para la época. Una autora que os recomiendo muchísimo porque es una literatura muy cinematográfica, con una forma de narrar muy adelantada a su época.

También citaría a Marga Gil Roësset, escultora y pintora que fue niña prodigio (con poco más de diez años ilustró extraordinariamente varios cuentos de su hermana, como El niño de oro, publicado en Madrid). Pasando un verano con Zenobia Camprubí y Juan Ramón Jiménez, esculpiendo un busto de Zenobia, se enamoró de Juan Ramón, a pesar de que este nunca le dio ningún pie. Terminó suicidándose, cuentan que por ese amor no correspondido, dejándole una nota. Aunque lo que más ha trascendido es esta historia, demasiado romantizada, lo que a mí me gusta resaltar es que fue amiga desde la infancia de Antoine de Saint-Exupéry, al que le mandó ilustraciones suyas, y si las veis, claramente son una inspiración de lo que luego fue El principito. Creo que son este tipo de cosas las que hay que empezar a contar, no solo los asuntos sentimentales, poniendo en valor la obra de las mujeres. En el caso de Marga se da, además, la particularidad de que antes de suicidarse destruyó casi todo lo que había hecho, como queriendo desaparecer del todo. Es más, como anécdota casi vinculada con el realismo mágico, tras estallar la guerra civil cayó un obús sobre su  tumba, de forma que su familia contaba que era como si hubiera querido irse sin dejar rastro de su obra en la tierra e incluso físicamente caer en el olvido de la memoria. Por fortuna no ha sido así y se ha recuperado su valor como gran artista.

Carlota Gurpegui: Más que nombres concretos, en el ámbito del cine y de la televisión yo destacaría la importancia de la labor en equipo, y en experiencias como las que he vivido actuando con dieciséis años, la labor de los cuidados es esencial para ti y para tu familia, pues se trata de un trabajo de muchas horas de dedicación y esfuerzo, de desprendimiento tanto físico como emocional, por lo que si cuentas con una comunidad femenina que te arrope durante el rodaje, que cree un ambiente sensible y cómodo, realmente es muy gratificante. Y más si la selección de todo el equipo (mujeres y hombres), como han sido mis casos, se ha realizado con tanto esmero, porque finalmente ese entorno laboral se convierte en una especie de gran familia.

Sobre qué echo en falta desde el punto de vista feminista, diría que en la actuación a veces se paga por cómo te ajustas físicamente a la idea exacta del personaje escrito, y habría que valorar más las capacidades de la actriz para darle vida. Por ejemplo, si estás al frente de la dirección del casting, no fijarse tanto en tu apariencia y descalificar ya por ella, sin dar oportunidad de demostrar lo que vale tu interpretación. En este sentido, siguen muy arraigados ciertos estereotipos y concretos cánones de belleza, así que me gustaría que, si no te convence cómo me ves, o no me llames para acudir a esa prueba o no me faltes al respeto diciendo que no me seleccionas por detalles físicos. Pediría más respeto para las actrices.

Mi vida sin mí: entre la vida profesional y la personal, o el reto de la conciliación

Precisamente aludido por Carlota, el tema siguiente es el de los cuidados, que tradicionalmente han sido asumidos en su mayoría por mujeres. ¿Cuál es vuestra experiencia en el tema de la conciliación? Conciliación laboral y familiar, pero también social considerando el resto de facetas personales, ya que el audiovisual es un trabajo habitualmente sin horarios fijos de lunes a viernes, inestable y, en muchas ocasiones, precario.

Mercedes: Realmente es muy difícil. Si tienes una hija, como es mi caso, de la que no se ocupa tu pareja y no tienes red de apoyo familiar, es casi imposible. No obstante, he tenido en mis equipos profesionales muchas mujeres y nos hemos apoyado en todo lo que hemos podido. Y algo debo destacar: en mis equipos, casi ninguna mujer se ha quejado de nada respecto a sus ocupaciones o compromisos con sus hijos, y sin embargo, hombres, muchísimos.

Verónica: Hay que reeducar, sobre todo a muchos hombres, sobre el tema de los cuidados. Tengo a muchas compañeras que son mamis y, siendo que en su trabajo ganan más, deciden en la pareja que siga trabajando ella y no él, entrando algunos hombres en depresión por no ser ellos los que sustentan a la familia, lo que termina generando conflictos en esa pareja. Del mismo modo que nosotras estamos rompiendo roles que se nos habían asignado, ellos también deben liberarse de los suyos y desaprender el estereotipo de que, siendo hombres, no les corresponde quedarse al frente del cuidado de la casa y de la familia.

Mercedes: Al hilo de lo que dice Verónica querría añadir que tengo parejas de amistades que son del mismo sexo en las que, a quien le toca quedarse en casa tampoco lo lleva bien, y ello porque en el mundo actual la conciliación en general no es nada fácil. En el mundo del cine, si no se exigieran tantas horas continuas de rodaje, se podría llevar todo mejor.

Verónica: Efectivamente, los rodajes son muy duros y muchas veces debes renunciar a tu vida personal. Hay personas que no encuentran pareja porque no se comprende que por temas laborales viajes tanto o inviertas todo ese tiempo. También se producen muchos divorcios… Así que no solo cuesta criar a un hijo o hija sino llegar a poder tenerlo. Existe mucha renuncia.

Carlota: En mi caso, en medio de cuarto de la ESO, tuve que dejar las clases presenciales para empezar a rodar la serie HIT, continuando con clases online, con lo que estuve combinando el rodaje con mis conexiones virtuales y trabajos como estudiante a distancia. Fue una experiencia muy intensa en la que conté con el apoyo de mis compañeros de reparto, que como eran mayores que yo ya habían terminado sus estudios. En el rodaje de Las niñas fue todo mucho más tranquilo porque se desarrolló, mediante juegos de interpretación, a lo largo de un verano.

De tu ventana a la mía: creando redes, construyendo juntas

La mayoría de progresos feministas se han logrado gracias al movimiento asociativo de mujeres. En el tema que nos ocupa podríamos nombrar, a título de mero ejemplo, la labor de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), creada en 2006, el Foro de Mujeres Cineastas de la SEMINCI, que este año ha celebrado su sexta edición, o la labor divulgativa de las numerosas Muestras y Festivales de cine realizado por mujeres (caso de la Muestra de Zaragoza, que este noviembre cumplió su 25ª edición, y de su Muestra homóloga en Huesca, que ya cuenta con 22 ediciones). ¿Qué pensáis al respecto y cuál es vuestra experiencia?

Mercedes: Formé parte de CIMA al inicio y durante mucho tiempo, pareciéndome fundamental la labor que ha desempeñado, logrando, por ejemplo, impulsar cambios legislativos. La dejé por tener que concentrarme en otros temas y no contar con tiempo para dedicarme a ella, pero ahora volveré a integrarme. Asociaciones no solo de cineastas sino que unen a otras profesiones, me parecen también muy valiosas por su carácter integrador. Los festivales de cine creado por mujeres son, asimismo, importantes, solo que a veces el público es más minoritario, por lo que veo esencial que en los festivales generalistas exista mucha más participación de películas realizadas por mujeres. En el festival de Berlín, por ejemplo, se aprecia que la gente que selecciona su programación valora el mundo de la mujer, pero en otros festivales internacionales no se ve tanto, como ha sucedido hasta hace poco en los festivales españoles. El amiguismo y colegueo tradicional sobre qué se proyecta no ha favorecido la presencia de trabajos femeninos.

Verónica: Aun así creo que estamos en un buen momento con las asociaciones que promueven el cine realizado por mujeres, que beneficia a todo el público, no cayendo en pensar en el estigma de que se dirige solo al femenino, pues al igual que sucede con los hombres creadores, nosotras concebimos las obras sin distinción de género en cuanto a su recepción. Personalmente pertenezco a CIMA y a ACA (Academia del Cine Aragonés) y creo que desarrollan una labor de difusión muy importante. Por otra parte, he tenido la fortuna este 2022 de ser seleccionada por Netflix en su programa de fomento de directoras audiovisuales, apoyándolas en su formación (pues si en el cine hay brecha de género, la hay muchísimo más en televisión), y estoy contenta por ello, si bien reconozco que siento un poquito de acritud con su nombre original: Female Director Shadowing Program, ya que con el término shadow (sombra), remite a que estás a la sombra del director o directora que te forma. Lo ideal sería usar otro término como side, al lado, considerando el poder de la palabra. Y como idea de programa está genial, favoreciéndote una primera línea de aprendizaje, si bien creo que sería más interesante que esta beca se invirtiese en un proyecto creativo de esa mujer que ha sido seleccionada, porque es la única manera real de ir acotando esa brecha. Por mi parte, entre lo más provechoso que he obtenido, el permitirme conocer a gente afín, como la directora Liliana Bocanegra, con la que a partir de cero hemos iniciado un nuevo proyecto que estamos presentando a productoras. Aquí en Aragón, con Gabriela Lardiés Ara también hemos empezado a escribir un largometraje de ficción que estamos presentando en festivales. Porque no puedes quedarte con que te bequen, tienes que moverte mucho y demostrar continuamente lo que eres capaz. En definitiva, que precisamos de mucha más inversión en proyectos femeninos nuevos, porque ¿de qué me sirve todo lo que he aprendido si luego nadie me da la oportunidad de dirigir? Cuántas veces me he propuesto como candidata, en puestos que han quedado libres, haciendo valer mi trayectoria, y se me han puesto mil y un peros que no se han planteado a otros compañeros con menos experiencia.

El camino. Y para avanzar, sin marcha atrás, tres deseos.

Teniendo en cuenta todo lo expuesto, y valorando los cambios positivos que hemos vivido en los últimos años, ¿qué pasos debemos seguir dando para una evolución sin vuelta atrás en un camino de equidad entre mujeres y hombres en el mundo del cine? En este sentido ¿qué deseo formularíais?

Mesa redonda Aragón y cine en femenino, 2022, en la sede del LAAAB-02

Mercedes: Veo fundamental que tengamos oportunidad de realizar nuestro trabajo en todos los ámbitos, tanto en los más artísticos como en los industriales. También sería preciso que el público valore como se merece el trabajo femenino, de forma que entre todas y todos favorezcamos que las mujeres tengamos presencia activa en cualquier actividad y espacio. En este sentido, resulta esencial la educación desde la misma infancia.

Carlota: Como adolescente, en un entorno donde nos movemos mucho por la inmediatez, también aprecio que hay mucha oferta de producto de consumo rápido, y debería apostarse más por una reflexión por nuevos talentos femeninos que aporten otros contenidos y miradas.

Verónica: Insistiría en lo dicho anteriormente. Precisamos mayor inversión en proyectos promovidos por mujeres y que no se nos planteen tantas dificultades. Añadiría que se hable más de nosotras en el arte. Y vuelvo con el ejemplo de la Generación del 27, pues me parece muy significativo que en los diarios y cuadernos personales de muchas de aquellas mujeres artistas se nombraba a sus compañeros varones, pero no hay comentarios que hayan trascendido de Buñuel, Dalí, Lorca o Picasso sobre ellas. Y estamos ante la misma historia vivida. De forma que deberíamos lograr un extra de generosidad en transmitir los logros conseguidos por cada mujer artista, tanto de nuestras predecesoras como de aquí en adelante.

Avanzar sin vuelta atrás

Esta última intervención de Verónica me llevó de nuevo a recordar la frase formulada en su documental sobre el campo de refugiados españoles en Gurs: para que haya reconocimiento, tiene que haber previamente conocimiento. Y, después, que nos dejen volar sin cortapisas hacia los destinos que deseemos.

Enmarcado bajo el nombre Stories we tell (maravilloso título de un largometraje de Sarah Polley), dimos paso a las preguntas del público, muy interesado en que las invitadas nos contasen algo más de sus trayectorias profesionales. Y para finalizar, en atención a la cálida acogida de la mesa redonda, se invitó a todo el mundo a unirse a una foto de grupo en un photocall con alfombra roja y la estatuilla de un Goya singular con el rótulo: Aragón y cine en femenino 2022, en un guiño a tanto talento que, con su trabajo y esfuerzo, hace posible la magia del llamado séptimo arte.

Mi profundo agradecimiento a todo el equipo del LAAAB por su profesionalidad en la organización del acto, con mención especial para Kani Cubo, María Rivasés y Sara Anés; a Mercedes, Verónica y Carlota por sus valiosos testimonios, por su cordialidad y por hacer tan fácil el transcurso del coloquio; a Pilar Irene Montes (Pimontes) y a Ángel López (Alopezca) por sus fotos inmortalizando el evento y, por supuesto, a todas las personas asistentes, que contribuyeron con su presencia y preguntas al éxito de la experiencia.

Terminaré con el deseo que me atreví a formular, uniéndome a los de las tres invitadas y en homenaje a sus carreras, aprovechando varios de los títulos de sus obras:

Que les niñes de hoy, y de mañana, que quieran dedicarse al mundo audiovisual, sean libres de cualquier sueño de Adán y consigan, en igualdad y equidad, su lugar en la historia y memoria del cine.