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Los sellos conmemorativos aúnan su función postal con el tributo a quien representan. En España, la serie iniciada en enero de 1994 bajo el título Cine Español, con los directores Segundo de Chomón y Luis Buñuel como los primeros homenajeados, continuó al año siguiente con otros dos centrados en largometrajes que hicieron historia: sus títulos brillaron en Hollywood al obtener el Óscar a mejor película de habla no inglesa. No resultaba casual, pues en la edición de estos premios celebrada en marzo de 1994, “Belle Époque” se alzó con este galardón, solo obtenido hasta entonces en esa categoría por “Volver a empezar” más de diez años atrás.

¿Eran las primeras estatuillas doradas para profesionales españoles?

No. En 1971, Gil Parrondo y Antonio Mateos subieron a recogerlo por la dirección artística de “Patton”, de Franklin J. Schaffner. En 1972, Parrondo repitió reconocimiento  por “Nicolás y Alejandra”, dirigida de nuevo por Schaffner, largometraje de época que supuso también un premio Óscar a mejor vestuario para Yvonne Blake y Antonio Castillo. Y en la edición siguiente de 1973, “El discreto encanto de burguesía”, de Luis Buñuel, fue laureada con el Óscar a mejor película en habla no inglesa, solo que compitiendo por Francia. La ceremonia de 1978 contó con otro nombre español: Néstor Almendros, Óscar a mejor fotografía por “Días del cielo”, de Terrence Malick.

Y así llegamos a los siguientes años ochenta.

Recordemos que estos premios nacieron en 1929 como una gala privada de la recién creada Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas estadounidense para promocionar su creciente industria de Hollywood. Al fin y al cabo, todo premio sirve de promoción también a quien lo concede. Y no fue hasta su 29ª edición, acontecida en 1957, que instauró la categoría competitiva de Mejor película extranjera o de habla no inglesa, que inauguró “La strada”, de Federico Fellini (que repitió al año siguiente con “Las noches de Cabiria”). Habría que esperar veinticinco años para que la cinematografía española se viera reconocida con este soñado galardón.

Volver a empezar

“The dreams come true… sometimes», dijo José Luis Garci en su discurso, mitad en inglés de principiante, mitad en castellano, cuando recogió de las manos de la actriz Luise Rainer el Óscar a mejor película extranjera en la ceremonia celebrada el 11 de abril de 1983 en Los Ángeles. Su quinto largometraje, “Volver a empezar”, hablaba del exilio tras la guerra civil, de las resonancias de un retorno fugaz, de los primeros amores que laten de nuevo sin importar la edad. Una historia dedicada en su final “a esa generación interrumpida” de hombres y mujeres que vivieron su juventud en los años treinta. Vista hoy, podrá tildarse de ingenua y desfasada, pero no cabe duda que su reparto (con Antonio Ferrandis, Encarna Paso, José Bodalo y Agustín González, al frente) aporta a sus personajes una extraordinaria humanidad.

Su sello se puso en circulación el 20 de enero de 1995, con impresión en huecograbado, valor postal de 60 pesetas y una tirada de 10.000.000 ejemplares.

La imagen recogía parte del cartel de la película en formato apaisado: un arcoíris como símbolo de un renacer motivado por un reencuentro. En el lazo izquierdo figuraba el indicativo “Oscar a la mejor película extranjera 1982”.

Belle Époque

“Quisiera creer en Dios para darle las gracias, pero sólo creo en Billy Wilder, él es mi verdadero Dios. Gracias, Mr. Wilder”. Con este cierre de discurso, Fernando Trueba provocó sonrisas en la gala de los premios Óscar del 21 de marzo de 1994 tras recoger el correspondiente a mejor película extranjera de la mano del actor Anthony Hopkins.

Una apreciación que casaba muy bien con el espíritu libertario del argumento de “Belle Époque”, ambientada en las vísperas de la proclamación de la Segunda República española.  Partiendo del encuentro de un joven soldado desertor (Jorge Sanz) con una atípica familia integrada por un veterano pintor (Fernando Fernán Gómez) y sus cuatro diferentes hijas (Maribel Verdú, Penélope Cruz, Ariadna Gil y Miriam Díaz-Aroca), se despliega una desenfadada comedia que, más de treinta años después, conserva su vitalismo y sentido del humor.

Entre sus distinciones, además del máximo galardón de Hollywood, sumó nueve premios Goya, entre ellos a mejor película, dirección, guion original, actriz protagonista e intérpretes de reparto.

Su sello entró en circulación el 20 de enero de 1995, con impresión en huecograbado, valor postal de 30 pesetas y una tirada de 10.000.000 ejemplares.

La imagen recogía parte del cartel de la película adaptado al formato apaisado: las figuras de nueve de los personajes de una historia de divertida coralidad. En su lado izquierdo, impreso el indicativo “Oscar a la mejor película extranjera 1993”.

Más nombres españoles vinculados a la estatuilla dorada

Posteriormente, más nombres españoles han sido receptores de este galardón icónico:

Pedro Almodóvar en el año 2000 por “Todo sobre mi madre” como mejor película extranjera, y en 2003 por “Hable con ella” como mejor guion original.  

Alejandro Amenábar en 2005 por “Mar adentro” como nuevo Óscar a mejor película extranjera.

– En 2007, por “El laberinto del fauno”, de Guillermo del Toro, Pilar Revuelta (junto al mexicano Eugenio Caballero) como mejor dirección de producción o artística, y David Martí y Montse Ribé en relación a su reconocimiento al mejor maquillaje y peluquería.

Javier Bardem, Óscar recogido en 2008 a mejor actor de reparto por “No es país para viejos”.

Penélope Cruz, Óscar en la edición celebrada en 2009 a mejor actriz de reparto por “Vicky Cristina Barcelona”.

Sergio López-Rivera, Óscar recibido en 2021 (junto a Mia Neal y Jamika Wilson) a mejor maquillaje y peluquería por “La madre del blues”.

Alberto Mielgo por “El limpiaparabrisas”, mejor corto de animación en la gala de 2022.

Así que, aunque en este 2023 el cine español no haya obtenido ninguna nominación, no es tan corta la lista de reconocimientos logrados en diversas categorías.

La noche en que José Luis Garci, con su inmaculado esmoquin blanco, subía a recoger el primer Óscar para un largometraje español, también pudo ser el del triunfo de Steven Spielberg. Su “E.T. el extraterrestre” partía como favorita con nueve nominaciones, entre ellas a mejor película, dirección y guion original, para terminar obteniendo solo cuatro premios en categorías técnicas. Se resarció en el año en que Fernando Trueba proclamaba su fervor a Billy Wilder, pues “La lista de Schindler” le reportó siete de las doce estatuillas a las que optaba, esta vez, sí, en las categorías principales. Así que, aunque “Los Fabelman” no lograse triunfar en la ceremonia de 2023 de los galardones por excelencia del cine, el nombre de su director tiene ya ganado un lugar en el cielo de “los sueños que nunca se olvidan”. Y es que, con premios o sin ellos, todas aquellas películas que prolongan nuestras experiencias más allá de nuestras propias vidas, quedan adheridas en nuestro ser como los sellos en las cartas.