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64ª Semana Internacional de Cine Valladolid, Ana Urushadze, Benito Zambrano, Bi Gan, Echo, El plan, Intemperie, Kaili Blues, Lo que arde, Oliver Laxe, Polo Menárguez, Rúnar Rúnarsson, Scary mother, Seminci, Seminci 2019, Valladolid
El pasado viernes llegó a las pantallas españolas Intemperie, de Benito Zambrano, el potente largometraje que inauguró la última Seminci. Una de las seis notables propuestas del festival que abordaré en este artículo; seis historias, nada complacientes en sus tramas, donde sus realizadores demuestran que su dominio de la cámara pluma (caméra–stylo) a la que se refería Alexandre Astruc, les facilita retratarlas trascendiendo la mera artesanía visual, dejando en ellas su impronta más personal.
Seguiré el orden de mis visionados en mi breve estancia festivalera, combinando películas de la Sección Oficial (Intemperie, El plan), de Spanish Cinema (Lo que arde), y títulos de las secciones dedicadas al país invitado, Georgia (Scary mother), y a la retrospectiva al cine chino de este siglo (Kaili Blues). Entre lo que más destacaría se situarían, asimismo, dos largometrajes de los que ya escribí: En la ciudad sin límites, proyectado en homenaje a su director Antonio Hernández en el marco de la Gala del cine de Castilla y León, y El cuadro, el imaginativo documental de Andrés Sanz programado en la Sección DOC. España.
El sábado de estreno del festival prometía ya solo con el pase matutino en el Teatro Carrión del nuevo largometraje de Benito Zambrano, que no defraudó ni en su solvente reparto (no solo el más veterano, también con un jovencísimo Jaime López al frente, deslumbrante) ni en su trama dura como la seca tierra donde se desarrolla. Esa tarde y en días posteriores, se sucederían otras sugerentes historias, dramas en su mayoría, de muy diferente calado y perspectiva.