Kirk Douglas ha conseguido otro éxito personal, estrenar este 9 de diciembre una edad con tres cifras. Junto con la también centenaria este año Olivia de Havilland, mitos vivos y testigos de lujo de gran parte de la historia norteamericana del séptimo arte.
Si en 2012 le recordamos en su aniversario con el reportaje “Con 96 años, Kirk Douglas, leyenda viva de Hollywood, sigue siendo Espartaco”, repasando sus facetas como actor, director, productor y escritor, en esta ocasión le rendimos tributo en un video donde se suceden cronológicamente sus más de setenta largometrajes cinematográficos, desde su debut en 1946 junto a Barbara Stanwyck en “El extraño amor de Martha Ivers” (The Strange Love of Martha Ivers) a su retirada en 2004 en “Ilusión” (Illusion), donde encarna a un famoso director de Hollywood, próximo a la muerte, que se arrepiente de sus renuncias familiares por priorizar su profesión.
Olivia de Havilland alcanza un hito. Su centenario. Nacida en Tokio el año 1916, un 1 de julio, en 2016 se convierte en la primera de las actrices legendarias de la época dorada de Hollywood con una edad de tres cifras. Una estrella que sigue brillando como testimonio de un cine que ya es historia.
Al cumplir 97 años le rendimos homenaje desde este espacio con el reportaje titulado “Olivia de Havilland, mucho más que la dulce Melanie”, donde repasábamos lo más destacado de su vida y obra. Ahora reiteramos nuestra felicitación con un vídeo donde cronológicamente recordamos sus títulos cinematográficos. Sigue leyendo →
Junto con Kirk Douglas, al que acaba de superar en un año, es una de las leyendas vivas de la época dorada de Hollywood. Última representante del reparto protagonista de uno de los largometrajes emblemáticos del cine, “Lo que el viento se llevó” (Gone with the wind, 1939), su inolvidable música sonó para recibirla en una de sus pocas apariciones públicas de estos años, como presentadora en febrero de 2003 en la celebración del 75 aniversario de los premios Óscar. En su discurso recordó su segunda estatuilla dorada como mejor actriz recibida en 1950 gracias a su papel en “La heredera” (The heiress, 1949), de William Wyler:
«Esta noche es memorable para mí, como lo fue aquella noche de hace 53 años. Mucho ha cambiado el mundo desde entonces. Pero lo que no ha cambiado es nuestro amor por el cine y su capacidad para inspirarnos y para ayudarnos en tiempos difíciles…”
Forma parte del reducido grupo de famosos intérpretes de la época dorada de Hollywood ya nonagenarios: Eli Wallach (97 años), Olivia de Havilland (96 años) y su hermana Joan Fontaine (95 años), Zsa Zsa Gabor (95 años) Mickey Rooney (92 años), Maureen O’Hara (92 años), Esther Williams (91 años), Eleanor Parker (90 años)…
Issur Danielovitch Demsky, posteriormente conocido como Kirk Douglas, nació el 9 de diciembre de 1916 en Ámsterdam (Estado de Nueva York), por lo que acaba de cumplir 96 años. Hijo de emigrantes ruso-judíos, su historia ejemplifica perfectamente el logro del sueño americano.
Alternando desde niño formación y trabajo, tras iniciar su carrera como actor en Broadway y en diversas series radiofónicas, Hollywood lo descubrió gracias a la recomendación de la consagrada Lauren Bacall, de la que fue compañero de clase en la American Academy of Dramatic Arts de Nueva York. De este modo debutó en 1946, en un rol ya destacado como marido del personaje de Barbara Stanwyck, con “El extraño amor de Martha Ivers” (The Strange Love of Martha Ivers), de Lewis Milestone. Le seguiría al año siguiente un clásico indiscutible del cine negro: “Retorno al pasado” (Out of the past), de Jacques Tourneur, junto a Robert Mitchum y Jane Greer. A finales de la década de los cuarenta e inicios de la siguiente ya se le consideraba una gran estrella: “El ídolo de barro” (Champion. 1949)- su primera nominación al premio Óscar como actor principal-, “Carta a tres esposas” (A letter to three wives. 1949), “El trompetista” (Young man with a horn. 1950) y “El gran carnaval” (Ace in the hole. 1951), fueron algunos de esos primeros destacados títulos. Sigue leyendo →
En pleno desarrollo de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, nuestra enhorabuena a todos los medallistas y ánimo a los deportistas que aún siguen en la competición. Y menciones especiales para el equipo español de natación sincronizada, que se ha llevado el galardón de bronce emulando a un armónico banco de peces, y para Andrea Fuentes y Ona Carbonell, que ganaron la plata en categoría dúos con la ejecución de un espectacular tango en el agua.
¿Por qué reseñar este complejo deporte que combina natación, gimnasia y danza, y que evalúa al mismo nivel mérito técnico e impresión artística? Porque un 8 de agosto de 1921 nació en Los Ángeles, California, Esther Williams, responsable en gran medida con sus películas de popularizar la natación sincronizada y de que esta llegara a ser disciplina olímpica.
Precisamente unos Juegos Olímpicos propiciaron que Williams se dedicara al cine. Con 16 años y siendo campeona de diversos títulos nacionales de natación formando parte del prestigioso Los Ángeles Athletic Club, fue seleccionada para competir en la edición olímpica de 1940, que terminó cancelándose debido al inicio de la II Guerra Mundial. Aceptó entonces la oferta de integrarse en el espectáculo “Billy Rose’s Aquacade”, asumiendo el rol de Aquabelle 1, en coreografías acuáticas a dúo con Aquadonis 1, papel de Johnny Weismuller, uno de los mejores nadadores durante la década de los veinte, con 67 récords mundiales y ganador de cinco medallas olímpicas de oro y una de bronce, si bien la popularidad internacional la consiguió encarnando en doce ocasiones en el cine el personaje de Tarzán.
Los ejecutivos de la compañía Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), viendo el potencial del citado espectáculo decidieron adaptarlo a la pantalla grande y contratar a Esther Williams, que en 1944 protagonizó su primer gran éxito en “Escuela de sirenas” (“Bathing Beauty”), largometraje que creó un nuevo subgénero: el musical acuático. Para la ocasión se construyó en uno de los estudios de la MGM una enorme piscina de 90 metros cuadrados y 20 metros de profundidad que permitiera instalar elevadores hidráulicos, mangueras ocultas de aire y grúas especiales de cámara para las tomas generales. Los vistosos ballets en el agua contaron con la coordinación del famoso coreógrafo Busby Berkeley, que creó llamativas escenas de numerosas bailarinas nadando mostradas en plano cenital. A este primer gran musical en technicolor le siguieron otros que también arrasaron en taquilla: “Juego de pasiones” (“Trill of a romance”, 1944); “Que siga la boda” (“Easy to wed”, 1946); “Ziegfeld Follies” (1946), película de episodios que se llevó el premio a la mejor comedia musical en la edición de 1947 del Festival de Cine de Cannes; “Fiesta brava” (“Fiesta”, 1947), donde Williams encarnaba a una improbable torera llamada María Morales; “Llévame a ver el partido” (“Take me out the ball game”, 1949), coprotagonizada por Frank Sinatra y Gene Kelly; “La hija de Neptuno” (“Neptune’s daughter”, 1949), donde Williams cantaba con Ricardo Montalbán “Baby, it’s cold outside”, tema que ganó el Óscar a la mejor canción original en la edición 22ª de estos premios; “La amada de Júpiter” “(“Jupiter’s Darling”, 1954) o “Peligrosa cuando se moja” (“Dangerous when wet”, 1953), donde compartía número musical acuático nada menos que con Tom y Jerry, en un tiempo en el que era inusual la mezcla de imagen real y animada.
A mediados de los años cincuenta, independizada de la MGM, su éxito se fue apagando, retirándose del cine en 1963 con el largometraje “La fuente mágica”, drama rodado en Andalucía y en español, coprotagonizado por su entonces marido el actor argentino Fernando Lamas, que debutó como director con este título. Posteriormente, Esther Williams, que recibiría dos Globos de Oro especiales (en 1952 y 1956), se dedicó a los negocios, apoyando con su nombre una empresa de piscinas y una línea de bañadores. Actualmente, la que sigue siendo la “sirena de Hollywood”, aunque auxiliada por una silla de ruedas, sigue reconociendo que la natación es su gran pasión.
La filmografía que protagonizó Williams hoy no figura entre lo mejor del séptimo arte, pero hay que situarla dentro de un contexto histórico donde triunfaba cierto cine de evasión. Además, no hay que olvidar que sus números acuáticos no estaban exentos de riesgos, de hecho, la actriz tuvo numerosos problemas de tímpanos debido a sus largos tiempos de inmersión, en una ocasión casi se ahogó por problemas con la trampilla de salida de un tanque de agua y durante el rodaje de “Million dollar mermaid”, al lanzarse desde lo alto de una torre, sufrió una fractura en el cuello que la mantuvo enyesada durante varios meses.
El valor de la natación sincronizada debe mucho al éxito internacional de estas películas. Fue deporte de exhibición en los Juegos Olímpicos de Londres 1948 y de Helsinki 1952, consiguiendo la categoría de oficial en competición en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, donde Esther Williams participó como comentarista y asistió a la proyección de algunas de las mejores escenas de su carrera.
Terminamos con imágenes del largometraje favorito de Williams: “Million dollar mermaid” (1952), titulado en España “La primera sirena”, musical biográfico donde interpretaba a Annette Kellerman, nadadora australiana profesional que contribuyó a divulgar en 1907 con sus exhibiciones en Nueva York en un enorme tanque de cristal la entonces llamada natación artística o rítmica.
Clinton Eastwood Jr. nace el 31 de mayo de 1930 en la ciudad norteamericana de San Francisco, por lo que hoy cumple 82 años.
Sus primeros papeles en el cine los consiguió a los 25 años. Consagrado ya como actor, en 1968 fundó su propia productora de cine y, tres años más tarde, en 1971, dio el salto a la dirección. Desde entonces ha ido simultaneando, o alternando, interpretación y dirección. Actualmente en su haber: 35 títulos como director y 66 como actor (incluyendo sus personajes televisivos). Cuenta también con una interesante faceta como músico, que le ha llevado a componer canciones o bandas sonoras completas para varias de sus películas.
Entre los numerosos galardones que ha recibido destacan cuatro Óscar, cinco Globos de Oro y, en 1994, el premio Irving Thalberg (concedido durante la ceremonia de los Óscar a personas especialmente relevantes en el mundo del cine).
A pesar de que en 2008 anunció que Walt Kowalski, el protagonista de “Gran Torino”, era su papel despedida de la interpretación, para noviembre de este año está previsto se estrene en España “Trouble with the curve”, dirigida por Robert Lorenz (socio de Eastwood en la productora Malpaso y asistente de dirección de este en varios de sus largometrajes), en la que encarnará a un cazatalentos del béisbol que, enfermo, realizará con su hija un último viaje a Atlanta para conocer a un potencial talento de este deporte. Desde 1993, en que protagonizó “En la línea de fuego”, dirigida por Wolfgang Petersen, no se había puesto a las órdenes de otro cineasta.
Como director su siguiente título será una nueva versión de “Ha nacido una estrella” (la primera dirigida en 1937 por William A. Wellman), protagonizada por la cantante Beyoncé.
Aunque la crítica se resistió a reconocerlo, hoy está considerado por la mayoría como el último director clásico del cine estadounidense, un clásico contemporáneo.
Aquí os dejo un video-homenaje que he preparado con imágenes de algunas de sus mejores películas y varias de sus más famosas frases.