Aunque en el presente esté atravesando uno de sus momentos más críticos, sirva una mirada atrás como homenaje y como esperanza en su recuperación.
En su origen, quienes propiciaron el cine no llevaban en mente calificarlo como un arte, lo concebían como un nuevo vehículo de espectáculo en el sentido etimológico del término, procedente del latín spectare (contemplar, observar) y el sufijo –culum, relativo a medios o instrumentos. Hubo que esperar a 1911 para que Riccioto Canudo, en su obra seminal “Manifiesto de las Siete Artes”, abogara por el término Séptimo Arte para el cine, que consideraba un arte de síntesis: “Arte plástica que se desarrolla según las leyes del Arte rítmica”. En su texto señalaba como “este prodigioso recién nacido de la Máquina y del Sentimiento, está empezando a dejar de balbucear para entrar en la infancia. Y muy pronto llegará la adolescencia a despertar su intelecto y a multiplicar sus manifestaciones; nosotros le pediremos que acelere el desarrollo, que adelante el advenimiento de su juventud. Necesitamos al Cine para crear el arte total al que, desde siempre, han tendido todas las artes”.
No deja de ser curioso que precisamente el arte más joven sea el que más transformaciones ha experimentado a lo largo de su poco más de un siglo de andadura. En la exposición «El cine, un viaje a la búsqueda del espectador» se nos mostraba desde la perspectiva de la necesidad por seguir captando el favor del público. Su retorno al pasado tuvo para mí un aliciente especial: contar con un guía de lujo en mi segunda visita. Alguien que es memoria viva de la cinefilia aragonesa: José Laporta, uno de los miembros fundadores de la Tertulia Cinematográfica Perdiguer que este 2021 cumple nada menos que 25 años.
José Laporta encarna la pasión cinéfila hasta detalles muy especiales, como llevar un riguroso inventario de todos los estrenos en las salas de cine zaragozanas. En la citada exposición figuraba como uno de sus colaboradores, en su faceta de coleccionista y en la de documentalista. En nuestro encuentro en el Centro de Historias de Zaragoza vino precisamente provisto de un interesantísimo documento: una relación de muchos de los sistemas cinematográficos, en proyección y sonido, con las fechas de estreno en Zaragoza de sus películas pioneras. Redactado a máquina de escribir mecánica, como le gusta seguir escribiendo, un gesto que es toda una declaración de intenciones.
De este modo, mientras en la exposición cabía repasar la evolución del cine en su historia mundial, pude disfrutar de otro paseo al pasado de mi propia ciudad gracias a la labor investigadora de José Laporta, cuya recopilación seguiré a continuación.
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