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#YoVoyAlCine, Asociación Salvemos el Elíseos, Cine Fleta, Cines desaparecidos, Sala de cine, Zaragoza
Los Campos Elíseos en la mitología griega venían a ser una suerte de paraíso para almas elegidas. El dios Morfeo podía dormir a los mortales y transportarlos allí, un lugar donde sentirse totalmente libre y feliz. En guiño a este ideal, en 1868 a orillas del río Huerva en su paso por Zaragoza se creó un espacio lúdico y de esparcimiento conocido como los Campos Elíseos: bailes, conciertos, teatro, zarzuela, circo, una casa de baños, animaron sus instalaciones. A finales del siglo se vieron sustituidas por un moderno velódromo y, entre 1926-1930, se le sumó un cine. Todo ello precedente de un gran edificio hijo del desarrollo urbano, proyectado en 1939 por el arquitecto Teodoro Ríos Balaguer en la confluencia entre Paseo Sagasta y Gran Vía, que integraba viviendas, locales, el nuevo Cinema Elíseos y una sala de fiestas.

El sueño de Morfeo, el paraíso y un cine muy especial
El 8 de agosto de 2014, tras el último pase nocturno el día anterior de la película «Marsella» de Belén Macías, el Cinema Elíseos no volvió a encender su proyector. Supuestamente cerraba sus puertas para adaptarse a las nuevas tecnologías. En realidad fue el inicio de su fin. La sala cinematográfica de mayor valor histórico-artístico de la capital aragonesa, inaugurada el 23 de diciembre de 1944 con el estreno de la película de René Clair «Me casé con una bruja» y declarada en 2009 Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés, va a convertirse en un restaurante de la franquicia McDonald’s. Hace unas décadas quizás la hubiesen transformado en bingo. Tanto da. Triste destino para la que pudo albergar la Filmoteca de Aragón si la apasionada apuesta iniciada por la Asociación Salvemos el Elíseos hubiera encontrado todo el respaldo necesario. Pero poderoso caballero es don Dinero…
Sirvan estas líneas de recuerdo, agradecimiento y advertencia. Sigue leyendo