No tirar la toalla hasta el último aliento. No rendirse aunque los vientos del camino no soplen a favor. ¿En cuántas películas hemos visto esta historia?
La Asociación Salvemos el Elíseos protagoniza un argumento que la ejemplifica. El pasado lunes demostró que merece la pena seguir, paso a paso, en su avance por alcanzar la meta de reabrir esta sala de cine septuagenaria como espacio cinematográfico y cultural para toda la ciudadanía. Lo demostró públicamente en otro lugar de gran valor histórico y artístico: el Teatro Principal de Zaragoza, en cuyo hall se leyó el manifiesto ante una concurrida asistencia de unas doscientas personas, entre las que no faltaban muchos nombres relevantes de la cultura aragonesa.
Fue un acto emocionante, impregnado, como la trama de las grandes películas, de la incertidumbre de cuál será el desenlace de esta aventura, pero con la convicción de que tanto respaldo social debería encontrar su recompensa.
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